El antes y el después de esta cocina blanca y sosa prueba que podemos transformar la nuestra en una sofisticada con muy poco

Apostar por una cocina blanca puede ser un arma de doble filo. Mientras que nos aseguramos cierta atemporalidad, una estancia que gana en luminosidad o que el espacio parezca visualmente más grande, también tiene sus contras... Sobre todo, hay que llevar cuidado con los ambientes demasiado fríos que puede crear un exceso de blanco. Por no hablar de que nuestra cocina acabe pareciendo aburrida. La buena noticia es que todo esto es algo fácil de corregir simplemente añadiendo toques de color.

Si a ti también te preocupa caer en estos errores o quieres corregir el exceso de blanco en tu cocina, te va a encantar esta reforma. La cocina en cuestión pertenece a Julie, una vendedora de antigüedades que pidió ayuda la estilista y diseñadora Emily Henderson. No porque su cocina estuviera mal antes de la reforma sino porque no tenía gracia alguna.

Básicamente, era una cocina que estaba un poco anticuada pero cuyo principal problema eran sus acabados aburridos. El techo estaba recubierto de madera oscura y, además, había grandes espacios sin aprovechar, haciéndola perder muchos puntos en funcionalidad.

Todo se solucionó con una reforma de siete semanas y no todo lo que había en un inicio en la cocina se desechó. Por ejemplo, las encimeras o el salpicadero, estaban bien y se reaprovecharon. Por el contrario, los electrodomésticos, la paleta de color, la isla o la iluminación, necesitaban un cambio urgentemente.

Además, en la reforma se optó por no mover tuberías ni la red eléctrica para evitar abrir la pared y encontrarse con sorpresas. También, como la cocina era de por sí muy luminosa, se quitó una de las ventanas para aprovechar al máximo el espacio e instalar unos estantes abiertos para que dieran sensación de ligereza.

Otro acierto fue eliminar la parte alta de los armarios que rodeaban toda la zona de cocción, y el microondas que había sobre los fuegos. Sí se mantuvieron los armarios de las partes bajas pero pintando las puertas de un bonito color verde y cambiando los tiradores.

Por su lado, la isla, que se había quedado fea y anticuada, fue sustituida por una nueva isla de madera y mármol que, además, incluye zona de almacenamiento y unos taburetes de madera de fresno tapizados.

Por último, se compraron electrodomésticos fabricados con acabado de acero inoxidable, que fueron panelados en el mismo color verde de las puertas de los armarios. Asimismo, se renovaron los fuegos y se instaló una campana extractora oculta. El toque final de calidez y sofisticación a esta cocina se lo aportó un papel pintado con estampado floral del artista de acuarela Kelly Ventura.

Fotos | Emily Henderson

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