Cómo y cuándo podar nuestro olivo: el paso necesario para tener un árbol productivo y retrasar su envejecimiento

El olivo es un árbol resistente al frío, el calor e incluso a los periodos de sequía pero necesita de unos cuidados mínimos

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No hay nada más mediterráneo que un olivo y es que es uno de los árboles más extendidos a lo largo y ancho de nuestro país. No solo por los olivares de producción de aceite, también es común verlo como árbol decorativo en los jardines de muchos hogares españoles. Y es que es un árbol que lo resiste todo: frío, calor e incluso periodos de sequía. No obstante, esto no significa que no necesite de algunos cuidados para permanecer sano y lustroso.

Como le pasa al limonero, podar nuestro olivo es algo necesario si queremos aumentar la vitalidad y producción. Incluso vamos a poder retrasar el envejecimiento del árbol. No obstante, hay que saber cada cuánto y cuándo es el momento correcto de hacerla ya que es algo que depende del clima y del tipo de recolección.

Cada cuánto tiempo hay que podar un olivo

Lo más habitual es podarlo cada año. Eso sí, variando la intensidad de la poda dependiendo del desarrollo de las ramas y de la cantidad de ramas improductivas que tenga. Por lo demás, no hay que dejar nunca un olivo más de tres años sin podar.

Cuándo hay que podar los olivos

La poda del olivo se lleva a cabo una vez que se han recolectado sus frutos. Es decir que debe realizarse cuando la actividad del árbol sea mínima y dependerá del tipo de uso que le demos al olivo. En el caso de la aceituna de mesa, la poda se realiza entre los meses de noviembre y diciembre, siempre que el clima sea suave y no exista demasiado riesgo de heladas. La poda de los olivos de aceitunas para la producción de aceite de oliva se realiza en los meses de febrero y abril.

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Sobre todo, es muy importante evitar la poda en invierno cuando haya riesgo de heladas. Además de que deja heridas abiertas, una copa desarrollada hace que las temperaturas del suelo bajo el árbol desciendan menos que en el entorno.

Los tres tipos de poda del olivo

Existen tres tipos distintos de poda del olivo para distintos propósitos: de formación, de producción y de regeneración. La primera es la que ayuda al árbol a desarrollarse y se realiza dándole estructura para que pueda soportar el crecimiento y las cosechas. Esta poda ha de ser la mínima e indispensable para que el periodo improductivo del árbol no se alargue.

La poda de producción es la que se realiza cuando el olivo es adulto-joven y es importante porque permite alargar el periodo productivo del olivo. El árbol se poda ligeramente, descargándolo muy poco. Especialmente, en las zonas donde el olivo no sufra de falta de agua.

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Por último, la poda de regeneración es la que se realiza para que la cosecha de olivas siga siendo abundante y de calidad. Y es que, conforme el olivo se hace viejo, disminuye la calidad de las hojas-madera. En cuanto detectes los signos de envejecimiento, realiza esta poda para que nazcan nuevos brotes en las ramas.

También es importante en las podas no reducir en exceso el volumen de la copa y, de este modo, no disminuir la radiación solar captada por el árbol. Tampoco es conveniente exponer demasiado las ramas a la acción de los rayos del sol, ni desequilibrar la relación hoja-madera.

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