Estos son los cuatro árboles frutales que tienes que haber podado sí o sí antes de que se acabe el otoño

Durante las últimas semanas hemos visto que tenemos que podar anualmente las higueras cuando hace frío si queremos comer higos cuando llega el calor, que la del olivo no se lleva a cabo hasta que se hayan recolectado los frutos y su actividad sea mínima y que el momento adecuado para realizar la poda anual de los limoneros es antes de que el árbol comience a dar limones o cuando terminado de darlos. De este modo, cada vez hay más jardineros profesionales y aficionados que podan árboles frutales de hueso durante el otoño.

Es una técnica que tiene varias ventajas y ahora se prefiere a la poda de invierno para ciertas especies (aunque, ojo, no está recomendada para todas, pudiendo causarles a estas un daño irreparable). Con la ayuda de los expertos de 'Decosfera' vamos a ver cuáles sí se benefician de un "corte de pelo" otoñal.

Hay solo cuatro especies, muy populares, entre los árboles frutales que se pueden podar en otoño. Estos son: alboricoqueros, melocotoneros, cerezos y ciruelos. Esta poda otoñal permite que las heridas que se producen al cortar las ramas cicatricen antes gracias a las temperaturas más suaves y a la humedad. Eso sí, es importante aplicar un producto que acelere la cicatrización.

En el caso del albaricoquero no hay que podarlo en invierno porque las bajas temperaturas pueden causarle varias enfermedades que acaben con su vida. Al podar en otoño, antes de que llegue el frío, reducimos el riesgo de propagación de estas enfermedades. Además, tras la cosecha, hay que podar de forma ligera: realizando únicamente tres o cuatro cortes grandes si fuera necesario. Principalmente en los árboles más viejos y vigorosos.

Para el cerezo podemos llevarla a cabo justo después de la cosecha, pero también es posible realizar la poda en otoño si es necesario. En lo que respecta al ciruelo también se puede podar en esta estación. Solo es importante llevar cuidado a la hora de proteger los cortes realizados y evitarnos posibles complicaciones.

Por último, con el melocotonero hay que evitar los cortes grandes durante la poda otoñal. A finales del invierno, cuando ya no haya heladas, se pueden eliminar ramas enfermas, la que están afectadas por pulgones, o las que no dejan ventilar y que la luz llegue el interior del árbol.

Foto de portada | Kelly Neil

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