No soporto cargar en la frutería y que luego no me quepa toda la fruta en el frutero de casa. Puede que consiga que se mantenga toda dentro sin que se desparrame, pero solo una parte queda visible y accesible. El resto, y sobre todo las piezas que quedan al fondo, suelen caer en el olvido hasta que reaparecen cuando es demasiado tarde y ya no están en buen estado.
Es por eso que, buscando un frutero que se adapte a mis necesidades, no me he ceñido a los recipientes diseñados especialmente para ello. Necesitaba algo más grande y que permitiera ver todo el género en su interior, mientras que la fruta sigue bien protegida. Finalmente, ha sido en Tiger donde he encontrado la solución perfecta.
Se trata de una cesa con unas dimensiones de 30 x 27,4 x 30 cm, lo que la hace perfecta para almacenar kilos de naranjas, melocotones e incluso piezas más grandes, como melones y sandías.
Además, como está hecha con tiras trenzadas de papel, permite ver por sus rendijas todo lo que hay en su interior. Esto también, le da un toque rústico que siempre es necesario en una cocina. Otra cosa es que, como incorpora asas, es muy fácil de transportar de un lado a otro.
Flying Tiger
No obstante, también se puede usar para ordenar y mantener cualquier otro objeto esencial del día a día al alcance de la mano. Es perfecta para necesidades de almacenamiento ligero de hasta 1,5 kg (sobre todo, en el caso de que necesites transportar la cesta llena). Combinando practicidad con estética por solo 7 euros.
Foto de portada | Bluewater Sweden
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