Me he enamorado del ambientador de Mercadona que es ideal para refrescar la casa en verano por menos de 1'50 euros

Para crear esa atmósfera agradable y relajante que convierte una casa en hogar no solo basta con decorar, ordenar y limpiar. Mucha gente no se da cuenta pero es incluso más importante que huela bien. Algo que no siempre se consigue únicamente con limpieza y una buena ventilación. Además, el efecto es incluso mayor si ese aroma cambia para adecuarse a lo que pide cada estación del año. Porque, seamos sinceros, en pleno agosto el caramelo salado empalaga y carga el ambiente.

Con la subida de las temperaturas, la sequedad del aire y el calor que se acumula en el interior de las casas hacen que el ambiente de nuestros hogares se vuelva irrespirable en ocasiones. A combatir esto, sobre todo en las horas centrales del día cuando hay que tener las ventanas cerradas, puede ayudar mucho algo tan sencillo como un ambientador. Pero no uno cualquiera...

Por suerte, en Mercadona hemos encontrado uno que es la materialización del verano en un ambientador y que es ideal para darle un punto de frescor a cualquier casa durante estos meses de sol intenso.

Se trata de un bote de perlas perfumadas que resulta una forma diferente y discreta de ambientar la casa, proporcionando un agradable y refrescante aroma a lima. Un aroma que no podría ser más apropiado para la estación estival.

Además de no consumir electricidad ni presentar peligro alguno de fuego, este tipo de ambientador en formato sólido es muy fácil de usar. Para activarlo tan solo hay que quitar el protector del bote y el aroma a lima comenzará a inundar cada rincón de la habitación en la que lo hayas colocado.

Su fórmula esta elaborada con un 30% de hidrocarburos alifáticos y los tensoactivos no iónicos y el bencisotiazol aseguran eficacia a la hora de aromatizar nuestra casa. Eso sí, de vez en cuando, hay que remover el frasco para renovar la fragancia.

Según Bosque Verde, el ambientador dura hasta cinco semanas, aunque esto depende de la temperatura y del tamaño de la estancia en la que esté. Serás consciente de su estado visiblemente porque, conforme la fragancia se difunde por el aire, las perlas van reduciendo su tamaño.

De este modo, llegará un momento en el que las perlas acabarán perdiendo su capacidad para ambientar. Ese será el momento en el que ya no queda más remedio que tirarlo a la basura y reponerlo con otro nuevo. No obstante, no será un dolor para el bolsillo de nadie porque cuesta tan solo 1,45 euros.

Foto de portada | Sylwia Pietruszka

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