No limpiar los paneles solares puede salirte caro: la OCU advierte de la forma correcta y frecuencia para hacerlo

Con las placas solares puede parecer oro todo lo que reluce, porque ahorrar en electricidad puede traducirse literalmente en oro. Sin embargo, hay aspectos de tener instalados estos paneles en casa que uno no descubre hasta que lo experimenta en primera persona. Y es que, a posteriori puede parecer obvio, pero seguro que nunca te habías planteado que son un elemento más de un hogar que requiere de limpieza y mantenimiento.

De hecho, si tienes placas solares y has notado que ya no rinden como antes, puede que lo que les haga falta sea una limpieza. Elementos como el polvo, el musgo, las hojas o los excrementos de aves pueden disminuir su producción. Te explicamos cuándo y cómo hace falta limpiarlas, según recomienda la OCU.

Como estos paneles, en muchas ocasiones, están instalados en lugares que no son de fácil acceso, hay quien prefiere contratar limpieza profesional cuando toca encargarse de ellos. Sin embargo, también podemos limpiarlos nosotros mismos y ahorrar.

¿Cada cuánto tengo que limpiar mis placas solares?

Una capa fina de polvo del tráfico provoca solo una pequeña cantidad de sombra. Los estudios apuntan a que esto se traduce en una pérdida de eficiencia de los paneles solares de entre el 1,5% y el 6,2% por año. No obstante, no conviene que se acumule en exceso.

La buena noticia es que, si vives en un sitio donde llueve habitualmente, puede ser suficiente para que arrastre sola el polvo. Una lluvia suave durante 40 minutos o un chubasco fuerte de 10 minutos sería suficiente para limpiar de polvo paneles que tengan al menos una inclinación del 30%.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el polvo suele ser más abundante en áreas agrícolas o cerca de carreteras principales. Además, en épocas secas se acumula más polvo. El problema llega, sobre todo, cuando hablamos de cacas de pájaro o líquenes adheridos a las placas.

En estos casos, no suele quedar más remedio que retirar la suciedad manualmente. Además, es importante hacerlo porque crean puntos calientes que pueden dañar nuestras placas. Los líquenes, aunque parecen musgo seco, son una combinación de un hongo y un alga en simbiosis. Si tienes en tus paneles, significa que el aire a tu alrededor es de calidad, pues son muy sensibles a la contaminación. Sin embargo, al menos una vez al año deberíamos comprobar que no haya ninguno en nuestra instalación solar.

¿Cómo se limpian las placas solares?

Si nuestro paneles son de fácil acceso, limpiarlos puede ser tan sencillo como echarles agua con una manguera de jardín simple o un mango telescópico. Eso sí, nunca emplees un limpiador a presión tipo karcher.

Tampoco tenemos que usar ningún tipo de detergente, disolvente ni producto abrasivo. Solo agua limpiar y si es de  lluvia o desmineralizada mejor aún para que no deje residuos. El segundo paso sería pasarle un paño suave o una esponja sin ejercer presión.

En el caso de que tus paneles estén muy sucios o sea complicado llegar a ellos, no descartes contratar a un profesional. Una limpieza normal puede llegar a costar más de 100 euros pero te compensa si no limpiarla supone una perdida de eficiencia.

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Foto de portada | Daniele La Rosa Messina

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