Reutilizando cartones de zumo he hecho estos originales y modernos floreros que parecen de tienda cara de diseño en pocos minutos

Probablemente pienses que reciclando ya está haciendo todo lo que está en tu mano para poner tu granito de arena al cuidado del medio ambiente. Sin embargo, todavía se puede ir un paso más allá reutilizando materiales. Por ejemplo, se pueden convertir las hueveras de cartón en soluciones de almacenaje o hacer una alfombra con los calcetines viejos y desparejados. Incluso ya vimos cómo con un sencillo proyecto DIY se consiguen transformar tetrabriks en maceteros. Pues, en esa misma línea, ahora vamos a aprender a hacer un florero muy moderno.

Tenemos que dejar de ver los cartones de zumo y de leche como meros envases sino como los versátiles materiales para todo tipo de manualidades que en realidad son. Y es que, con estos tetrabriks, se pueden crear maravillas también fuera de las aulas de preescolar. La prueba fehaciente son estos bonitos floreros en los que poner flores y decorar la casa por partida doble.

La idea la hemos aprendido de la tiktoker @mariimollyy y, además de bricks vacíos  y limpios, necesitaremos masa tipo aguaplast y malla de cristal. Estas están integradas por un mosaico de mini azulejos y se venden en cualquier superficie de materiales de construcción y jardinería.

Para la estructura del florero nos vale cualquier cartón de zumo o leche. De hecho, podemos cortarlos en diferentes tamaños y alturas con un cúter. Eso sí, hay que lavar muy bien cada uno de los envases que utilicemos  para retirar los restos de bebida y que estos no se pudran.

Después, acoplamos las medidas de las mallas de cristal y las del envase, cortando la malla y pegándola a la medida justa con una pistola de silicona. Opcionalmente, antes de este paso, se pueden pintar los azulejos con spray, dándoles dos capas y dejando secar bien. Esta es una buena idea, sobre todo, si no encuentras malla del color que quieres.

Después, ya solo queda fijar los azulejos con una pasta tipo aguaplast. La extendemos sin miedo sobre la superficie de los azulejos, ayudándonos de una espátula, hasta que terminen de fijarse al envase y entre ellos. La pasta tiene que rellenar todos los huecos entre los azulejos y, conforme la vamos poniendo, retiramos el exceso con una esponja mojada.

Por último, dejamos secar. El tiempo dependerá de la marca que hayamos usado y de las indicaciones del fabricante pero el resultado se traduce siempre en unos floreros originales que, ya por sí solos, llenan de color y personalidad cualquier estancia de la casa.

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