El método es tan sencillo que ha estado delante de nuestras narices todo este tiempo y, encima, no te llevará mas de 10 minutos
Limpiar las persianas por fuera puede parecer una misión imposible para quienes viven en pisos. Al menos, para aquellas ventanas que no cuentan con un balcón. Sin embargo, hay un ingenioso truco que es un auténtico método seguro, sencillo y eficaz para mantener nuestras persianas impecables sin necesidad de contratar costosos servicios profesionales ni correr riesgos innecesarios. Con él, incluso los pisos más altos pueden presumir de ventanas tan relucientes como quienes viven en una planta baja.
La limpieza de las persianas, tanto por dentro como por fuera, es una de esas tareas de limpieza doméstica que suele requerir tanto tiempo y esfuerzo que uno las va postergando hasta que ya no queda más remedio que ponerse manos a la obra. Encima, cuando no vivimos en una planta baja, la tarea se complica considerablemente.
No obstante, y aunque parezca imposible, hay una alternativa a limpiar las persianas por fuera contorsionándonos como si estuviéramos en el circo para sacar el brazo por el hueco inferior y pasar un trapo prácticamente a ciegas. O, incluso peor aún, poniendo en riesgo nuestras vidas inclinándonos sobre el alfeizar de la ventana.
Es tan sencillo que ha estado delante de tus narices todo este tiempo y, además, no te llevará más de 10 minutos. Simplemente hay que abrir el compartimento donde se guarda la persiana cuando la enrollamos. Un espacio que se encuentra situado por encima de la ventana en el interior de la casa.
La mayor parte del reto es descubrir cómo abrir este compartimento. Algunos cajones de persiana tienen un cierre hermético mientras que otros cuentan con tornillos. El caso es que todos pueden abrirse y cerrarse a necesidad.
Una vez hayas conseguido abrirlo y, con la persiana enrollada frente a ti, puedes empezar a limpiar usando un paño con agua y jabón neutro o un cepillo. No obstante, si necesitaras efectuar una limpieza más profunda, el vinagre de limpieza o el amoníaco son opciones más efectivas.
Elijas lo que elijas, lo importante es que limpies por toda la parte visible de la persiana que haya en el compartimento y que vayas bajando la persiana en cuestión hasta haberle podido pasar el trapo a todas y cada una de las áreas enrolladas.
Eso sí, asegúrate de que el compartimento esté limpio antes de volver a cerrarlo para evitar que la persiana se ensucie otra vez. Además, recuerda no subir la persiana de nuevo hasta que se haya secado por completo. Ahora, simplemente, cierra el cajón y procede a la parte más fácil de la tarea: limpiar la persiana por dentro.
Foto de portada | Vlado Paunovic
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