Los tatauajes son un complemento de los que no se puede usar y tirar, si te haces con él deberá ser para toda la vida, a menos que tengas los medios y la paciencia para borrarlos.
Son personales, significativos y especiales. Resumen la esencia de una persona en unos pocos trazos y aunque antes estaban reñidos con la discreción y el buen gusto, ahora son una epidemia estética que esconde mensajes subliminales.
Yo personalmente siempre quise hacerme uno, pero la pinta lúgubre de los locales dónde te los hacen, ese horrible sonido de la pistola, las cicatrices y la sangre, siempre me han desanimado a última hora.
Ellas parece que son mucho más valientes que yo y han tirado hacia delante, y además, en el caso de Rihanna y Sienna Miller, han optado por la más sutil de las versiones: las estrellas. La cantante de Barbados las lleva impresas en su espalda a modo de constelación en cascada y me encanta, no me extraña que cada vez se acorte más la melena. Y no es el único que decora su cuerpo ya que tiene ni más ni menos que ocho repartidos por su anatomía excelsa.
Aunque la opción de la Miller, mucho más discreta, haciendo un triángulo en su hombro, me parece sosegada y bastante menos dolorosa...
Aunque muchos todavía crean que quién se tatua motivos en la piel lo hace para llamar la atención, nada más lejos de la realidad, y sino, atengámonos a Gisèle (Bundchen) y esa solitaria estrella que apenas se ve debajo de su muñeca.
Muchas son las que eligen esa parte de su cuerpo para tintarse la piel, entre ellas, Jessica Alba, que lleva escrita la palabra lotus en sánscrito en su muñeca derecha.
O una enamoradísima Victoria Beckham, que lleva las iniciales de su marido escritas en su muñeca izquierda.
Eva Longoria prefiere un lugar muy sensual para llevar el número de camiseta de su marido (el nueve): la nuca.
Y otras tantas como Nicole Richie, que lleva un rosario en el pie que parece de verdad, optan por otra zona casi erógena: el tobillo.
Es el caso de Penélope Cruz y su polémico 883 que decían tenía relación con la cienciología pero ella alega que es su número de la suerte,
Charlize Theron, que lleva la misma carpa japonesa que su madre,
y Drew Barrymore.
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