El Domingo cerraba sus puertas la segunda Semana de la Moda más esperada del año, la de París, la primera también tiene lugar en la ciudad del Sena pero es la de Alta Costura, y con ella se da por finalizada la presentación en cadena de las propuestas para el verano que viene. Pero no solamente le decimos adiós a los desfiles sino a una sección colateral a la pasarela: la de los looks de calle.
Esos estilismos que le ponen la guinda de lujo a las presentaciones y propuestas del calendario oficial y que nos resultan muchas veces mucho más suculentas que las opciones de los diseñadores.
He aquí el ránking de las parisinas más chic.
La primera es esta señorita tan fantástica que se dirije al desfile de Karl Lagerfeld; me encanta como combina sus leggins de lúrex efecto piel de serpiente, cuyo cariz tecnológico algo frío se contraresta a la perfección con un cardigan marengo de lana un maxi pañuelo de seda. Un diez para este doble de Carine Roitfeld.
El segundo puesto es para esta joven que luce este look tan auténticamente parisino: camiseta de rayas marineras y boina. Lejos de resultar empalagosamente francesa esta chica va más allá de lo patriótico y construye un estilo deportivo y perfecto a base de baggy pants de algodón, blazer azul marino y estola de falsa piel.
El podio de hoy se completa con esta chica rubia que hace de un vestido vaporoso propio del mejor evento nocturno, un conjunto que no desentona a plena luz del día, y eso gracias a la camiseta de algodón y los botines de media caña que hacen las veces de comodines diurnos.
Mi querida Giovanna Battaglia se sube al cuarto puesto gracias a su savoir faire y a su vestido rosa empolvado de Valli. De parar el tráfico.
El quinto lugar lo ocupa la madurez bien entendida: esta mujer encarna la sofisticación más exquisita sin necesidad de sucumbir a ninguna tendencia inapropiada.
La sexta plaza es para el boyfriend blazer y los jeans pitillo. Una pareja que nunca falla.
En séptima posición una opción complicada pero bien resuelta: un vestido camisero y drapeado, de manga larga (que le da un plus de elegancia), con un abrigo tres cuartos desestructurado que se tiene que llevar desabrochado. Una silueta difícil que rompe la sobriedad de un color aburrido: el gris rata.
En octavo lugar vuelve lo informal impecablemente llevado: pantalón de traje y cintura alta, camiseta de algodón y mini cazadora de piel negra. No sé tú, pero yo me lo apunto.
La novena plaza es para el encaje de Prada aunque estemos sobresaturados. Y es que esta chica sabe llevar este vestido de una manera diferente y con un punto rockero, con camisa oversized debajo, jersey, media muy tupida y de nuevo, cazadora de piel para darle el toque desenfadado.
Por último un look muy afrancesado: vestido gris de punto, trench marinero, y boina de lana.
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