Lo bueno de hacer la lista de los mejores looks, es que luego viene la de los peores. Apreciar el buen gusto es infinitamente más difícil y menos divertido, aunque igualmente subjetivo, que destacar el malo.
Lo mejor, entrando en el terreno de la malicia, no es poner en evidencia a aquellas celebrities que no distinguen entre un buen look y un mal look, las peor vestidas del año, los más suculentos son los gazapos de aquellas que no suelen fallar nunca, porque ahí se demuestra que todo el mundo puede tener un mal día.
Ir entrenando la memoria, porque aquí va mi lista, pero en breve, os tocará a vosotros.
Cher es una de esas celebrities que tiene el pack completo: viste horrorosamente mal, pero cuando piensas que ya no le queda nada más hortera en el armario, te vuelve a sorprender con algo todavía peor. Este fue el caso de la 50 ceremonia de los Grammy Awards que se celebraba en febrero de este año: el estilismo que elegió la artista del millón de operaciones es de los que uno no llega a entender como han podido crearse. Indescriptible.
Blake Lively sin embargo, aunque no sea el sumum de la elegancia, y vista mejor en la ficción que en la realidad, no suele patinar demasiado, pero su look en la quinta edición de los premios CFDA/Vogue , se llevó la palma. Su vestido de Vena Cava, más propio de un spin-off de la casa de la pradera que de una gala, fue de lo más flojo que le hemos visto puesto en este año.
Y hablando de inconveneniencias, aquí llegan Agyness Deyn y su particular manera de llamar la atención y de demostrarle al mundo, que ella, cabalga sola: el que crea que lo suyo es rebeldía, se equivoca, su actitud es absolutamente impostada e hipócrita, y que se presente a una inauguración de esa guisa, es un ejercicio de estupidez digno de pasar a los anales de la historia. Los lectores de Trendencias lo sabíamos (porque si, yo no podía, pero también he votado) y por algo ha sido elegida la peor de 2008.
Siguiendo la estela de las modelos, Erin O’Connor era una de mis maniquís preferidas hasta que me topé con su look en los British Fashion Awards celebrados hace un mes escaso: si lo suyo era un homenaje a Vivienne Westwood, lo compro, pero sino…digo radicalmente no.
A Mary-Kate Olsen la iba a incluir en la lista por los méritos que hizo en la gala del MET gracias a un vestido túnica dorado que le quedaba grande pero le tiraba de brazos, con el que resultó ser una de las menos acertadas de la noche. Y lo podéis comprobar aquí. Pero al final se ha superado a ella misma gracias a su versión californiana de My Fair Lady.
A Anna Wintour la voy a incluir en mi ranking por repetitiva y pesada. Por mucho que se empeñen los demás en demostrar lo contrario. Y es que el abrigo blanco que estuvo llevando el pasado septiembre a todos los desfiles de la Semana de la Moda de Nueva York, mientras todavía estábamos en verano, me parece de lo más inconveniente. Por no hablar de su más que discutible gusto con los zapatos.
De Paris Hilton podría haber escogido cualquier otro atuendo, pero si hay alguna prenda que la caracteriza, ése es el chándal. Y este en concreto, me espanta especialmente porque además refleja perfectamente una de sus principales manías: el ir de pies a cabeza del mismo color sin darse cuenta de que empalaga.
Sharon Stone y su apología del mal gusto son las siguientes en mi lista: a mi las pieles, me gustan, para que os voy a engañar, pero el mantón de zorro con el que se presentó a la gala AmFar en Roma, se pasa totalmente de la raya y llega a rozar lo obsceno.
Y de madurita a madurita y tiro porque me toca: Madonna y el look con el que nos sorprendió el día de su 50 cumpleaños fueron un muy mal presagio para un pésimo año.
Para acabar, una de las tonterías propias de estas fechas: el vestirse de Papá Noel, ejecutado a la perfección por la reina del transformismo, Kate Perry. Lo peor: que no iba disrazada, sino vestida. Me quedo con el original o mejor todavía, con Naomi Campbell metida a Rey Mago.