No estoy en contra de ir contracorriente, siempre que sea por razones puramente individuales e intransferibles y no por llamar la atención. No me gusta la gente que transgrede solo para demostrar a los demás que tiene una supuesta superioridad moral por ir en contra de la mayoría y de la norma. Pero ese tic lo detesto casi con tanta fuerza como el de la gente que no se atreve a salirse de los límites de lo políticamente correcto y detesta a los que sí se atreven a traspasar la frontera de lo convencional.
Por eso cuando veo cosas como esta no sé qué pensar. A priori me parece bien, porque aunque toda la vida ha habido mujeres que han llevado medias de recambio en el bolso por si sufrían un imprevisto enganchón y casi todas cuando nos auto-descubrimos una carrera corremos a casa a cambiarnos, no me parece mal que se gire la tortilla y que una tara se vuelva ponible.
¿Qué os parece a vosotros?
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