Espero por el bien de todos los mortales que no. Porque el chándal tiene su sitio: el gimnasio, única y exclusivamente, debería estar prohibido que saliera de allí, a menos que fuera o fuese para hacer footing, o jogging, pero ni siquiera debería ser apto para andar en bici.
Las prendas deportivas, si salen de su habitat natural, se resienten y hacen que quién las lleve, vea su imagen muy perjudicada; Adriana Lima, que es una chica que viaja mucho, se lo pone para ir en avión, pero yo me pregunto, ¿y no iría igual de cómoda con un pantalón de algodón o un vestido?
Y es que encima es rosa, como en los peores tiempos de Britney Spears o Paris Hilton, y como el los renuncios de Ashley Tisdale, lo mismo,
aunque debo decir que este de Tisdale me gusta más, no me gustan los de tiro recto, sino lo de goma en los bajos, para que no dé lugar a confusión: sí señores sí, eso que llevo es un chándal.
Madonna no es que se lo ponga para hacer deporte con su amiga y vecina Gwyneth Paltrow, la que por cierto, hace ejercicio siempre monísima, con lleggins negros, o pantalones tipo odalisca, sino que ahora también se lo lleva puesto para ir a la kabbalah, y digo yo que vaya culto de pacotilla si una puede entrar a meditar con esas pintas, que ni en la Iglesia de la Cienciología... Me quedo sin duda con Lourdes Maria, aunque vaya con mallas.
Y eso que las sudaderas, por ejemplo, me encantan, con cremallera, con capucha, abiertas o cerradas, y si me apuras las parte de abajo, bien combinadas por separado te sirven para todo; con lo que no puedo, es con el total look chándal, me viene a la cabeza la gran Rocío Jurado con sus modelitos ochenteros y el visón para rematar, y es que se me nublan los sentidos, y hasta se me quita el habla.
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