La autoestima de nuestros hijos empieza en nosotros: así podemos potenciarla y fortalecerla

La importancia de una buena autoestima es algo que ya no deja lugar a dudas para nadie. Cómo conseguir mejorarla y que sea más saludable es, si embargo, una duda mucho más habitual y uno de los grandes retos a los que nos enfrentamos muchos de nosotros.

Principalmente, porque la educación emocional es una de esas asignaturas que se han dejado pendientes durante muchos años. Por suerte, de un tiempo a esta parte, se ha comenzado a hablar de la importancia que tiene educarnos en emociones y en el cuidado de nuestra salud mental.

Y este es uno de los retos para muchos progenitores en este momento: cómo conseguir potenciar la autoestima de nuestros hijos y que crezcan para ser unos adultos seguros de sí mismos y de su valor - que no es lo mismo que creídos - y con un buen conocimiento y manejo de sus emociones.

Cómo puedes ayudar a que tus hijos desarrollen una autoestima saludable

Uno de los retos como padres es ofrecerles a nuestros hijos las herramientas necesarias para poder convertirse en adultos funcionales y poder interactuar con el mundo. Y la autoestima no es una excepción. Hay que tener en cuenta que habrá otras variables que influyan y tomen parte en el desarrollo de esta autoestima, como las experiencias vitales que tengan, sus amistades, su educación, su entorno socioeconómico, etc. Pero por nuestra parte, como padres, sí que parece que podemos sentar unas buenas bases.

Conectar con las emociones y necesidades de nuestros hijos y darles respuesta, cubrir estas necesidades y ayudarles a procesarlas puede influir de manera importante en la autoestima de nuestros pequeños.

Empatía y comunicación con límites

Esforzarnos por escuchar lo que nuestros hijos tienen que decir, cómo se sienten, la forma en la que piensan y mostrarles que no solo queremos conocer sus puntos de vista, sino que los valoramos, es importante. De esta manera podremos conocer no solo quiénes son nuestros hijos, sino lo que necesitan y se sentirán acompañados.

Límites y normas claros

Pero no podemos olvidarnos de que, como progenitores, somos nosotros los que ponemos los límites. Y, de hecho, estos son beneficiosos para nuestros hijos. Es posible que según vayan creciendo intenten desafiarlos y ver hasta dónde pueden llegar, pero las normas y límites les ayudan a sentirse seguros y son una muestra de que nos preocupamos por ellos y los atendemos.

Explica, concede y llega a acuerdos

Esto no quiere decir que los límites o las normas tengan que ser autoritarias. Podemos ser firmes, pero explicar nuestros motivos y motivaciones y por qué hacemos lo que hacemos, así como ofrecer normas razonadas puede ayudar. Por supuesto, es posible consensuar estas normas con ellos, escuchar sus puntos de vista y llegar a acuerdos, aunque la última palabra sea nuestra. Lo que hará que se sientan escuchados y, además, les ayudará a sentirse seguros en sus actos.

Potenciar y fomentar su autonomía

En ocasiones pecamos de sobreprotección por el miedo perfectamente comprensible de que les pase algo y, en otros casos, alargamos el hecho de hacer las cosas por ellos porque queremos alargar su infancia. Sin embargo, fomentar que sean lo más autónomos que puedan ayudará a que tengan una autoestima más sana, se sientan más hábiles y capaces.

Animar a que tengan curiosidad, a que descubran las cosas por sí mismos y a que prueben a hacer cosas, siempre que sea seguro, será muy beneficioso. Podemos ir dándoles pequeñas responsabilidades y dejarles participar en la medida que puedan en la vida familiar y las obligaciones propias de una familia y un hogar.

Celebrar sus logros

Aunque los avances parezcan pequeños, celebrar y felicitarles por las cosas que van consiguiendo es importante. Reconocer sus virtudes y sus fortalezas, así como respetar sus intereses ayudará a su autoestima. De igual manera, cuando sientan que no pueden hacer algo puede ayudar recordarles a ellos, y a nosotros, que cada cosa tiene una edad y un momento y que no pueden hacer esa cosa concreta todavía, pero conseguirán hacerla más adelante.

Por supuesto, al alabar sus logros no hace falta exagerar ni excederse. Es importante que seamos realistas. Ni son ni necesitan ser perfectos, pero pueden ser muy buenos en algo y es eso lo que habría que señalarles. Por otro lado, cuando se dan errores o fallos, puede ser de ayuda relativizarlo, aceptar el valor de intentarlo y los aprendizajes que obtenemos de los fracasos.

Imágenes |@elsapatakyconfidential

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