La llegada de un miembro peludo a la familia es una felicidad. Se nos cae la baba y no podemos resistirnos a tenerle todo el rato mimado. Pero merece la pena tener en cuenta que todo lo que aprenda durante sus primeros meses de vida será básico. Es un momento clave para educarlo.
Cuando son cachorros absorben los conocimientos mucho más fácilmente y es recomendable pasar tiempo con ellos no solo para darles mimos y galletitas, sino para enseñarles a ser sociables y a comportarse bien. Así evitaremos que nos destrocen la casa cuando les dejemos solos, nos tiren de la correa en los paseos y cualquier otra conducta que nos volverá locos si no evitamos.
Hablamos con los expertos del podcast Petcast by Royal Canin (Spotify) en busca y captura de los mejores consejos para acertar con cada detalle desde el primer momento.
Ellos insisten en que la educación del animal empieza antes de su llegada a casa.
"Si el propietario está formado desde el primer momento aportará una serie de beneficios en la convivencia a largo plazo, ya que el cachorro o gatito tendrá unas bases sólidas sobre las que desarrollarse, aprenderá las rutinas diarias de su nuevo entorno y desarrollará una buena relación con otras personas y animales."
A partir de los dos meses y medio, ya se puede empezar a enseñar diferentes ejercicios al cachorro. "Lo mejor es hacerlo siempre utilizando el refuerzo positivo utilizando su propia comida o juguetes", nos explican. Aunque es importante controlar la comida que le damos como premio para no pasar de la ración diaria recomendada. ¿Su truco favorito? "Pesar la dosis diaria, colocarla en un recipiente e ir cogiendo de ahí la cantidad necesaria para los entrenamientos y las 3 tomas diarias".
La clave para un buen aprendizaje es que las sesiones de entrenamiento sean cortas y esencialmente divertidas.
"Cuando nos referimos al tiempo, una sesión de entrenamiento de la posición sentado no suele pasar de 1 minuto. Las sesiones nunca deben llegar al punto en el que el cachorro pueda llegar a aburrirse, la clave está en nosotros, en que seamos capaces de transmitirle correctamente lo que queremos enseñar y en cortar la sesión en el momento adecuado".
Y si te preguntas por el tiempo que puede tardar un cachorro en aprender, eso depende sobre todo de su entrenador.
"La constancia y claridad con la que se enseña son las claves fundamentales. Tan solo hace falta unos minutos para “estropear”, la claridad con la que enseñamos. Nuestro lenguaje corporal, la forma, dónde reforzar y cómo motivar, todo tiene un cómo y un porqué".
Por eso, desde Royal Canin animan a los futuros propietarios a realizar algún curso de obediencia básica o voluntariado en una protectora. "Permiten adquirir un manejo que solo se consigue con la práctica.
Cómo educar al cachorro
Así es cómo recomiendan entrenar a los perritos para que aprendan desde cosas tan básicas como hacer sus necesidades fuera de casa, a trucos como 'la llamada' o 'el quieto' para evitar accidentes y disgustos.
Pipí y caca fuera de casa
"La clave para una buena conducta higiénica es la anticipación", explican los expertos. Los perros antes de realizar sus necesidades suelen dar pistas como oler el suelo o dar vueltas sobre sí mismos. En ese momento debemos anticiparnos, sacarlos a la calle y darles un premio (caricias, juegos o porción de su ración diaria de alimento) cuando hagan sus necesidades allí.
Ayuda crear rutinas, "hay que ser constantes en las horas" y hacerlo siempre en los momentos clave: unos minutos después de comer, al despertarse y antes de irse a dormir nos ayudará en el proceso.
Y mientras no podamos sacar a la calle a nuestro perro, tendremos que enseñarle a hacer sus necesidades en un sitio concreto de la casa (en un empapador, en un papel de periódico). Cuando notes una de las señales, le puedes llevar directamente al sitio correcto.
Solo en casa
"Dejar a nuestro cachorro en casa es algo inevitable que también debemos trabajar desde el principio", continúan desde Petcast. Es fundamental empezar por ratos cortos y ayuda darle juguetes interactivos rellenos con comida.
Llantos
"Para evitar que nuestro cachorro llore debemos asegurar sus necesidades básicas tales como los paseos adecuados, la alimentación y la estimulación mental".
Aun así, en algunos momentos nuestro cachorro puede llorar y es normal. Mientras lo haga hay que ser fuerte. No debemos hacerle caso ni para regañarle ni para tranquilizarle porque sin darnos cuenta podemos estar reforzado involuntariamente esa conducta. "Lo mejor es esperar a que él lo gestione por sí solo y acercarnos cuando esté más tranquilo".
Mordiscos
Los típicos “mordisqueos” son un comportamiento natural en cachorros que por lo general para una vez que los dientes de leche se les caen, nos trasladan desde Royal Canin, pero es importante que nuestro cachorro aprenda a controlar la fuerza. Esto lo podemos hacer exagerando y mostrando que nos duele cuando nos muerda emitiendo un “¡ay!” y/o terminando el juego ignorándolo por completo.
Además, es muy importante que no dejemos a su alcance cosas que puedan comerse.
Socialización
Desde Pedcast nos explican que aunque cuando suele llegar el cachorro a casa no ha completado el plan de vacunación, es muy importante empezar a presentarle el entorno. Ellos proponen llevarle en brazos a todo lo que se nos ocurra que podrá ser expuesto en un futuro (personas, otros animales, coches, bicis…). Pero alertan que tanto la sobreexposición como la falta de exposición a agentes externos del entorno pueden ser perjudiciales, por lo que debemos ser moderados.
Paseos
"El paseo es un momento de ocio para los dos y, si lo pasáis bien, el vínculo entre vosotros se reforzará mucho", nos aclaran. Recomiendan utilizar una correa de entre 1,8m y 3m, porque da más libertad durante los paseos y evita que tire. Pero ojo, esto no significa que durante todos los paseos el perro vaya a 3 metros del propietario, sino que se le puede ir dando más o menos libertad dependiendo de lo que pida y del entorno. Aunque recalca que "es importante que nunca haya tensión en la correa durante los paseos".
Posiciones
Los especialistas confían plenamente en que la forma más sencilla de enseñar las diferentes posiciones a nuestro cachorro (sentado, tumbado, de pie) es utilizando luring. De forma resumida el luring consiste en que nuestro perro siga la comida que llevamos en la mano y así realice el ejercicio.
En el caso de la posición de sentado podemos optar por colocar unas croquetas del alimento del cachorro escondidas en nuestra mano, acercarla a su nariz y levantándola ligeramente hacia arriba y hacia el tren posterior del cachorro. Así se verá obligado a mirar hacia arriba y finalmente se sentará, en ese momento le reforzamos. Como consejo, no levantes demasiado la mano ya que debe estar muy cerca de su hocico. En caso contrario tendrá tendencia a saltar. Para que se tumbe haremos exactamente lo mismo pero una vez se haya sentado bajaremos las manos hacia el suelo entre sus patas y en cuanto adopte la posición le reforzaremos.
"Quieto"
"La permanencia es un ejercicio que nos será muy útil en el día a día", puntualizan.
"El cachorro debe posicionarse sentado, tumbado o de pie y conseguir aguantar esa postura. Para que esto ocurra tendrás que reforzarle muy a menudo. Te aconsejamos que hagas varias repeticiones hasta que puedas aumentar gradualmente el tiempo y la distancia".
Llamada
Los expertos nos explican que para trabajar la llamada debemos hacerlo primero con correa ya que si no tenemos el ejercicio construido no es seguro soltarle y debemos elegir un lugar sin distracciones.
Antes de enseñarle la llamada debe haber aprendido las posiciones para que el perro venga hacia nosotros y se siente.
La clave para este ejercicio es que el perro tenga que adoptar una posición cuando le llamamos que puede ser sentarse delante de nosotros. En una fase inicial lo facilitamos con nuestro tono de voz y lenguaje corporal. Cuando el perro ya tenga claro el concepto, entonces escogeremos una palabra que será la que vayamos a utilizar en un futuro. Debemos jugar con él y animarle para que ante todo lo que se pueda encontrar en el entorno, nosotros los propietarios, somos mucho más divertidos.
Respuesta al nombre
La respuesta al nombre y la llamada son ejercicios diferentes. Debemos tener en cuenta que al día decimos el nombre de nuestro perro en innumerables ocasiones por ello, para no confundir conceptos, debemos utilizar otra palabra cuando realmente queremos que venga hacia nosotros. La respuesta al nombre se trabaja desde cachorro diciendo el nombre que hemos elegido y reforzándolo con su comida o juguete. En un principio el cachorro no reconoce que ese es su nombre porque no hay una asociación, pero con el tiempo terminará habiéndola.
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