Los gatos, junto a los perros, son uno de los animales de compañía predilectos. Con muchos amantes a la par que detractores, este animal destaca por ser territorial y cazador -especializado en pequeños roedores-. Pero aunque nuestro gato esté bien alimentado y no le falte de nada, es posible que sus ansias de querer cazar estén por encima de todo. Hoy os explicamos el porqué de ese comportamiento.
“Aunque los gatos estén bien alimentados persiste en ellos la conducta depredadora de su ancestro el gato silvestre, pues se conoce que el hambre y el instinto por cazar residen en distintas áreas del cerebro y están regulados por diferentes controles neurológicos” aseguran Isac Mella Méndez y Rafael Flores Peredo en un artículo publicado en la Universidad Veracruzana.
Por estos motivos, los gatos están diseñados para activar la secuencia de caza cada vez que tienen la más mínima oportunidad, a través de la captación de pistas auditivas y visuales de potenciales presas, y no solo cuando tienen hambre.
Los riesgos de dejar a nuestro gato cazar libremente
Aunque muchos puedan pensar que los gatos cazan por diversión y por ello más tarde no se comen a la presa, no es así. Sin embargo, el dejar a nuestro animal cazar libremente puede traer algunos peligros de los que tenemos que ser conscientes. Y es que muchas de las presas, al ser salvajes y vivir en el exterior pueden tener enfermedades o parásitos (como la toxoplasmosis).
En el caso de los ratones, nuestro gato puede cazar un roedor envenenado, pudiendo causar graves problemas de coagulación u hemorragia. Además, los gatos también pueden ser portadores de enfermedades contagiosas hacia los humanos.
Foto principal | Luca Finardi
Fotos | Beyza Kaplan, Joost