¿Alguna vez miras a tu perro y te preguntas qué debe de estar pasando por dentro de esa cabecita tan bonita? Está claro que humanos y animales nos comunicamos de formas muy distintas y, en el caso de los canes, el ladrido es una de las más importantes. Aunque no exista (aún) un Google Translate que nos permita entenderlos, lo cierto es que los ladridos no tienen un sentido como el de nuestras palabras. Su función es la de llamar la atención y, en especial, sobre el resto de señales comunicativas que son capaces de emitir, Aunque también transmiten información sobre su estado emocional. Con todo esto, tratamos de contestar a la pregunta de por qué de repente ladran a algunas personas sin conocerlas.
Cuando una persona nueva llega a casa o pasa por nuestro lado paseando y el peludo se pone a ladrar sin motivo aparente, la creencia popular dice que es porque son capaces de detectar en ellos algo que el ser humano no puede ver. Esto en cierto modo, es verdad ya que su sentido principal no es la vista, como en nuestro caso, sino el olfato.
Los perros tienen el olfato muchísimo más desarrollado que sus dueños, siendo capaces de seguir tu rastro por lugares en los que has estado y saber con qué personas lo has hecho, incluso horas después de que ya te hayas ido del lugar. Son capaces de hasta distinguir a gemelos idénticos que vayan vestidos igual.
Así que, cuando nuestro perro empiece a ladrarle a alguien porque sí puede ser porque esté percibiendo un olor que asocie con algo negativo, tal y como explican los expertos del Hospital veterinario Asturias. No obstante, el sentido de la vista también les da mucha información sobre una persona así que un ladrido también puede venir desencadenado por la forma de andar, la forma de expresarse de una personas, su expresión corporal…
Debemos tener en cuenta que, por un lado, a los perros también hay personas que les caen peor y mejor que otras y que, además, son animales territoriales que reaccionan en cuanto sienten cualquier perturbación de su espacio de seguridad. No obstante, otras explicaciones a esta conducta pueden responder a alguna experiencia traumática con esa persona en concreto, miedo o enfado para llamar la atención.
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