Los perros de agua son un grupo de razas caninas de las que en España tenemos una autóctona. Se cree que el PDAE pudo llegar a la península ibérica a través de los árabes o los romanos. Y es que lo cierto es que este can existe en Europa desde hace ya varios siglos, habiendo evolucionado hacia el barbet en Francia, el lagotto romagnolo en Italiay el perro de agua portugués. Se trata de un perro robusto de tamaño mediano, fuerte y musculoso, con un pelaje rizado y lanoso que, si se deja largo, forma rastas y que hace que los alérgicos también puedan adoptar perros, ya que es hipoalergénico.
Personalidad y habilidades
Tradicionalmente, el perro de agua se ha empleado para cuidar de las ovejas y las cabras, así como ayudar a los pescadores de las zonas de costa a recuperar objetos que caían por la borda o para recoger las redes. Y, aunque en la actualidad, sigue desempenando estas labores también se ha colado en muchos hogares.
El motivo es su personalidad leal, obediente, de buen carácter y alegre. Además, aunque tiende a establecer un vínculo especial con un solo miembro, le encanta disfrutar de toda la familia. Eso sí, tiene una tendencia natural a la protección y ladrará a modo de advertencia cuando lo crea necesario (y esta dueña de perro de agua obsesionado con los vecino que pasan por la escalera os lo puede asegurar).
Características físicas
Los machos adultos suelen medir entre 44 y 50 cm y pesan de 18 a 22 kg. Las hembras adultas, por otro lado, miden entre 40 y 46 cm de alto y pesan de 14 a 18 kg. El pelaje puede ser negro, blanco, marrón, blanco y negro o blanco y marrón.
Es, precisamente, su manto rizado lo que más atractivo resulta de esta raza. No solo porque le confiere un aspecto muy natural y bonito (aunque se le hacen rastas en el pelaje si se le deja largo). De hecho, hay granjeros que esquilan a sus perros al llegar la primavera, igual que lo hacen con sus ovejas. Sin embargo, un gran motivo de peso por el que este perro es tan deseado es porque su pelo ofrece una gran ventaja por motivos médicos.
Y es que resulta que, tanto el perro de agua español como el portugués, son ideales para personas con alergia debido a que no pierden nada de pelo. Su pelaje rizado y compacto no se desprende de su piel y, por tanto, no esparcen por casa los alérgenos que se encuentran en el pelaje, las células de la piel de los animales (caspa), así como en la saliva, la orina y el sudor.
De nuevo, puedo dar fe de que esto es cierto. Solo en épocas de muda os encontraréis con alguna que otra pelusa de pelo por el suelo. Aunque, eso sí, cuanto más largo tenga el pelo, más os dejará la ropa llena de pelo como se os ocurra tomarlo en brazos o abrazarlo.
Fotos | Unsplash y Wikipedia
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