Hay un sentimiento que entiendo por encima de muchos otros y es el deseo de ser madre. Es algo con lo que he soñado durante toda mi vida y, aunque me dé miedo serlo, me da más miedo no serlo. La maternidad, cuando es deseada, puede ser una de las etapas más bonitas de la vida.
Sin embargo, como en muchos otros aspectos vitales, esta también puede venir acompañada de malos momentos y tristezas. Y es que, en el caso de los embarazos, por desgracia, puede darse lo que se conoce como aborto espontáneo, más común en el primer trimestre.
Este tipo de abortos ocurre en entre el 20 y el 30% de los embarazos y, por tanto, aunque se trate de un tema del que no se habla comúnmente, resulta una situación más habitual de lo que podríamos imaginar. Una situación que, además, viene acompañada por mucho dolor, sufrimiento y, a veces, culpa, por parte de los progenitores. Especialmente de las madres.
La necesidad de pasar el duelo
La realidad es que, aunque sea una situación más común de lo que se sabe, cada mujer vive esta situación de una manera diferente, igual que cada persona vive el fallecimiento de un ser querido de una manera diferente.
En el caso de los embarazos deseados, muchos de ellos se van fantaseando durante largo tiempo incluso antes de quedarse embarazada. Una vez que se conoce el embarazo es normal ilusionarse, comenzar a planificar cosas para el bebé y soñar con cómo será cuando este llegue.
Por ello, la pérdida de un embarazo de manera espontánea, aunque sea en las primeras semanas, supone la pérdida de un ser querido y del futuro que habíamos imaginado. Que se trate de una situación común en muchos embarazos no lo hace menos duro en cada caso particular, ni evita que debamos pasar por el duelo.
Y aquí cada madre pasará por las fases del duelo de manera diferente, igual que cada uno de nosotros pasamos por las fases de nuestro duelo de manera diferente. Lo que sí es importante es pasar por él y no negarlo. Tenemos derecho a no creérnoslo, a estar tristes, a estar enfadadas y, finalmente, a aceptarlo cuando estemos preparadas. Es un proceso que cada una de estas madres tendrá que vivir a su ritmo y a su manera.
La artista Paula Bonet habla en sus redes sociales y en sus ilustraciones sobre los cuerpos de embarazadas sin embrión, en los que enfrenta las vivencias de las mujeres ante los abortos espontáneos.
Alejarnos de la culpa
Dentro de este proceso de duelo es posible que nos enfrentemos a la culpabilidad. Ante el fallecimiento de seres queridos, especialmente de manera inesperada, no es raro que algunas personas sientan culpa y tengan que lidiar con ella durante el duelo.
En el caso de las mujeres que viven abortos espontáneos, esta culpa puede ser más habitual y más intensa todavía. Por ello, una de las partes más importantes a la hora de tratar el duelo es trabajar en ese sentimiento de culpa.
Para ello, tanto nuestro ginecólogo como un profesional de la salud mental pueden ayudarnos. Y es que, en la mayoría de abortos espontáneos, no hay nada que las madres pudieran haber hecho o no hecho para evitarlo. En el caso de los abortos espontáneos se trata de "accidentes" de la naturaleza que suelen deberse a causas fetales.
Ni el no hacer deporte, no haber tenido sexo o haber descansado más, o cualquier otra cosa que se nos ocurra, hubiera podido evitarlo. Para cada una de nosotras la aceptación de este hecho tardará un tiempo diferente en llegar, pero es un aspecto clave para pasar el duelo.
Qué pedir a nuestro entorno
Cuando pasamos por una situación así, es muy natural que nuestro entorno quiera ayudarnos y apoyarnos. Sin embargo, muchas veces no se utilizan las frases más adecuadas para ayudarnos. Es más, es posible que puedan llegar a afectarnos más.
Por ello, estamos en nuestro derecho de pedirle a nuestro entorno lo que necesitamos de ellos. Ya sea que te escuchen si necesitas hablar, como que te respeten si deseas no hablar de ello. Es importante también que el entorno entienda que a veces es mejor no decir nada que utilizar frases manidas que pueden hacer más daño.
Estamos pasando un duelo, que tenemos derecho a vivir, y frases como "seguro que en seguida te vuelves a quedar embarazada", aunque puedan ser ciertas, restan valor al duelo que ahora estamos viviendo y que necesitamos cerrar.
Por ello, si podemos, es el momento de pedirles que nos escuchen si lo necesitamos, pero sin juzgarnos y sin opinar desde su punto de vista. Únicamente escuchando el nuestro y dejándonos el espacio para desahogarnos hasta que podamos dejar atrás el duelo.
Imágenes | This is Us, What to expect when you are expecting, Giphy
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