Un curso nuevo empieza, con todas las complicaciones derivadas de la emergencia sanitaria provocada por la COVID. Esto, por sí mismo, ya va a hacer que se trate de un curso particularmente diferente. Pero, además, se le suma que llevamos unos años en los que los colegios y el modelo educativo ha ido pasando por muchos cambios.
Uno de ellos ha sido el de adaptarse a las nuevas tecnologías y cómo hacerlo de manera que no se deje a nadie atrás. Esto implica, entre otras cosas, la adopción o no de tablets e iPads en las aulas. Para conocer las ventajas y desventajas que estos sistemas tienen, hemos hablado con profesionales de la educación que nos han dado su punto de vista.
Mayor igualdad entre alumnos cuando el material es aportado desde la escuela
Raquel Vallejo es profesora de tecnología y, además, coordina y entrena a los alumnos que van a participar en la primera First Lego League - desafíos internacionales para incentivar el interés por la ciencia y la tecnología - de su instituto. Es decir, si hay alguien puesta en necesidades TIC, es ella.
De hecho, fueron estas necesidades las que les llevó a empezar a trabajar con Chromebooks en el instituto: "hemos trabajado con aulas de informática accesibles para todo el alumnado del centro, pero a causa de la gran cantidad de necesidades TIC, dimos un paso al frente para empezar con los Chromebooks". Este será su tercer curso haciendo uso de ellos.
Sorprendentemente, uno de los motivos, y mayores beneficios posteriores, para hacer uso de estos Chromebooks ha sido la desigualdad existente entre el alumnado: "gran parte del alumnado no disponía de ordenador en casa y a veces había una gran desigualdad a la hora de realizar tareas. Con el Chromebook comprado desde la escuela, se hacía más accesible".
Al comprar el material desde el colegio, resulta más sencillo para todo el mundo hacerse con él: "el alumnado no se hace cargo de las licencias para conseguir que sea más fácil acceder a él".
Interactividad e infinidad de recursos a su alcance
Nacho Grosso es docente de primaria y coordinador TIC en un colegio de Alicante. Además de esto, se dedica a la creación de contenido para medios on-line y clientes. Lo podemos encontrar en su web. La implantación de los iPads en su colegio se realizó en 2015 y, actualmente, los usan desde primaria hasta cuarto de la ESO. Como coordinador, el cuidado y puesta a punto de los iPads que utilizan es tarea suya.
El cambio se llevó a cabo como forma de adaptarse a las nuevas tecnologías: "la educación no puede estar ajena al mundo digital, y la mejor manera de demostrarlo es subiéndose a ello" indica Nacho. Se decidieron por los iPads por la uniformidad de dispositivos: "haberlo hecho con dispositivos Android no hubiera sido igual, ya que nos hubiéramos encontrado con tablets de características muy diversas".
Para él, una de las mayores ventajas es la adaptación a los tiempos: "permite interactividad, tener a mano multitud de recursos de forma inmediata, educar en el uso de las tecnologías, hacerlos competentes en la era digital". Además, Grosso señala la ventaja de llenar menos las mochilas y ser más respetuosos con el medio ambiente.
Facilita el trabajo en clase
En el caso de Rosa Liarte, imparte clases de Geografía e Historia en un instituto público en Málaga, además de ser la Coordinadora TIC en la Junta de Andalucía. No solo eso, sino que imparte formación al profesorado en el uso de las nuevas tecnologías en el aula y cuenta su experiencia en el blog Lecciones de Historia.
En el instituto en el que trabaja tanto profesores como niños hacen uso de estos dispositivos: "el profesorado lleva normalmente un dispositivo propio, sea tablet, ordenador o iPad. Son de adquisición propia para trabajar. Si no tienen dispositivo propio, normalmente suele haber un ordenador en el aula-clase y un proyector".
Para los niños, el colegio cuenta con otros iPads: "en mi centro educativo tiene iPads de adquisición propia para usar en el propio centro destinados a usar en el centro con el alumnado. Se destinan para realizar proyectos y trabajar la competencia digital con el alumnado de forma cooperativa y colaborativa".
Según nos indica Liarte, la causa de implantar el uso de iPads en el aula fue que, de base, por ley hay que trabajar en el aula la competencia digital y esta es una forma más adecuada de hacerlo: "tenemos un aula de informática en el centro, pero los ordenadores ya son antiguos. Desplazar a ese aula al alumnado, encender equipos, además que está ocupada gran parte del horario por los profes de tecnología, hacía complicado poder trabajar en este aula".
Usar iPads en el colegio no solo mejora esto: "poder trabajar por proyectos, flipped classroom, investigar en clase, acceso a buscar información, y un largo etcétera". Además de no ser necesario gracias a las tablets cambiar de aula ya que se pueden llevar a la clase y trabajar en el grupo-clase, son algunas de las ventajas que Rosa Liarte encuentra en el uso de estos materiales.
Posibles dificultades para hacerse con él o trabajar con él sin Internet
Raquel Vallejo admite que, aunque resulta más sencillo para los alumnos hacerse con el Chromebook de esta manera y los iguala en el colegio, puede haber problemas por causas económicas: "No todo el mundo tiene facilidad a la hora de pagar el dispositivo. Si no disponen de electricidad o red Wi-Fi en casa no pueden seguir haciendo tareas online" aunque sí permite que las tareas offline se realicen sin problema.
En el caso de Nacho Grosso, indica que, afortunadamente, la mayoría de los alumnos en su colegio tienen acceso a Internet: "ya sea desde los datos de un móvil o de las redes públicas de la biblioteca municipal". En cualquier caso, si no fuera así, nos explica que no sería un problema mayor: "una vez que llegan al aula pueden mandar las tareas pendientes, ya que cada aula tiene su propio punto Wi-Fi. De la misma forma, pueden descargar los contenidos en el iPad antes de salir de casa y trabajar con ellos sin conexión desde casa".
Rosa Liarte señala la importancia que tiene la adquisición de los iPads o tablets: "es por eso (por las dificultades económicas de algunos alumnos) que se optó por tener dispositivos por parte del centro, ya que al tenerlos el centro y poder usarlos en el aula, el alumnado que no tiene recursos puede usarlos en el centro educativo".
No solo permite que compartan en clase sin necesitar un dispositivo por alumno y otras dificultades también se ven solventadas: "en casa se pueden realizar tareas sin conectividad o sin necesidad de tecnología en caso de que tengamos alumnado de este tipo, y usar la tecnología en el centro si la dispone" explica Liarte.
Posibilidad de dejar de lado el papel y la escritura
Algo que ocurre en los colegios de todos los profesores con los que hemos hablado es que se siguen utilizando libros o, al menos, como en el caso del colegio en el que trabaja Nacho Grosso, papel para escribir: "se siguen utilizando libretas para escribir, los libros en formato papel tienen una tendencia a no usarse en nuestro centro. Es decir, cada vez más se emplea el dispositivo".
En el caso de los colegios donde trabajan Rosa Liarte o Raquel Vallejo, son más bien complementarios y con diferentes funciones: "en algunas asignaturas se usa el dispositivo como base y en otras se hace uso de libro. A pesar de ello, las asignaturas no se dan íntegramente con el Chromebook, este es una herramienta más para trabajar. El profesorado preparamos material digital o en papel. También hay dinámicas, proyectos, etc., depende de lo que se esté trabajando y cómo se quiera trabajar" nos explica Vallejo.
Para Raquel Liarte sería una equivocación usar las tablets como medio para sustituir los libros: "usar la tecnología en el aula tiene que ser para transformar la clase, para trabajar la creatividad del alumnado y crear contenidos y realizar proyectos que hasta ahora eran inconcebibles. Invertir en iPads para subrayar un PDF o sustituir un libro, es un error, para eso, mejor continuar con el libro en papel".
Es por ello que, en el caso de su alumnado, trabajan con libretas: "una cosa, no quita a la otra (...) usar la tecnología en el aula nunca debe descartar la escritura a papel ni trabajar en papel. La tecnología no viene a sustituir nada, es un complemento más y se debe usar como un medio para trabajar y enseñar habilidades del siglo XXI".
Es necesaria la educación en el uso de la tecnología
Aunque para Nacho Grosso no es tanto un punto negativo, sí que admite que lleva cierto tiempo de adaptación y aprendizaje: "el alumnado y
sus familias han de educarse en esta forma de trabajar. Quizás algún problema pueda venir en el mal uso de la tecnología, como usar el iPad para fines no educativos".
Imágenes | Unsplash
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