Quien piense que a partir de tener hijos se quitan las ganas de juerga se equivoca. No queremos ser madres perfectas, y aunque amemos a nuestros retoños por encima de todo, nadie dice que no a la posibilidad de salir y divertirse. Pero por supuesto, las cosas cambian y no es lo mismo salir de fiesta con 20 que después de ser madre. Éstas son las principales diferencias.
Las expectativas
Si tienes veinte años, habrás salido el sábado pasado, sales éste y saldrás el que viene, así que un día de juerga es uno más, salvo que tus amigas estén con subidón y la noche se convierta en una de las más divertidas en meses o que te encuentres casualmente con tu fichaje en un bar ¡Bingo!
Pero si eres madre y esta noche toca fiesta, estarás expectante porque tras meses en los que el trayecto más apasionante ha sido ir en metro a la oficina, ir a buscar al niño a la guardería o pasear hasta el parque con columpios más cercano, hoy por fin, te toca salir de juerga. Y te sentirás tan emocionada como si la juerga fuera en Las Vegas.
Según transcurra la noche pueden ocurrir dos cosas. La primera es que te quedes dormida en el minuto uno porque llevas meses sin pegar ojo. La cena empieza a la diez, y para esa hora otros días ya has acostado a los niños y te has tumbado a ver una película o una serie de la que solo ves los primeros diez minutos. Así que para la hora que termináis de cenar no eres capaz ni de mantener la cabeza recta.
Y la segunda cosa que puede ocurrir es que, para evitarlo, decidas que para una noche que sales hay que darlo todo y te emborraches desde el minuto uno. Si es así, que se preparen tus compañeros de fiesta porque esa noche será mítica.
La música
Con 20 años, estás al tanto de todas las últimas novedades musicales, así que bailarás sin parar toda la noche.
Cuando eres madre, pasas de tarear la sintonía de la Patrulla Canina a cantar Let it go como Elsa. Así que bailarás, pero pondrás de cara de poker salvo que en el bar pongan los grandes éxitos de los 80 o Enrique Iglesias, entonces sí, lo darás todo.
¿Qué tomas?
Con 20 bebes lo que sea, no te importa mezclar, probar cosas nuevas, y sobre todo, todo depende del dinero (poco) que tienes en el bolsillo para pedirte una triste caña o algún combinado (y rezando para que no sea garrafón).
Con los años te vuelves más selecta, para un día que sales quieres probar ese gin tonic que parece una ensalada con tantos adornos y pides copa con apellidos: gin tonic de Tanqueray, cubata de ron Matusalem, etc. Salvo que alguien diga ¡chupito! y entonces un resorte que creías dormido salta en tu interior y regresas a tus 20 como por arte de magia para apurar el vaso de tequila de un solo trago.
Al día siguiente
Con 20 años, te levantarás con un ligero dolor de cabeza y malestar general que te durará media hora. ¿Y a eso le llamas resaca?
No es cuestión de ser madre o no, es cuestión de la edad, que no perdona. Al día siguiente de salir de fiesta, tendrás la madre de todas las resacas, que te durará una media de tres días. Tampoco tienes capacidad de recuperación, porque los niños se levantan a las 7 y media ya sea lunes o domingo, y su nivel de decibelios al hablar o jugar sigue siendo demasiado alto para tus pobres tímpanos.
De cualquiera manera, cuando te recuperes de la resaca, pronto dirás "¿cuándo es la siguiente?".
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