Cuando comienza la primavera el riesgo para nuestros peludos se multiplica al máximo. Con el buen tiempo llega la plaga de procesionaria, muy venenosa e incluso letal para nuestros perros. Este año ya ha empezado la alerta por esta peligrosa oruga. Te contamos todo lo que tienes que saber para evitarla y qué hacer si tu mascota entra en contacto o se come una de estas orugas.
Qué es la oruga procesionaria y cómo reconocerla
La oruga procesionaria del pino es una plaga en los bosques de pinares de España, muy presentes en la zona del Mediterráneo y un árbol muy recurrente en parques públicos. Visualmente se las reconoce por ser orugas peludas que se mueven desde sus nidos en lo alto del árbol y desplazan en fila india, de ahí su nombre.
Qué pasa si la orugas procesionaria toca a nuestro perro
Es importante vigilar de cerca en esta época del año que nuestro perro no coja cosas del suelo al pasear, porque estas orugas son muy venenosas para ellos. Un roce con la procesionaria en zonas con poco pelaje las reacciones alérgicas son importantes. Según los expertos, van desde irritaciones, inflamaciones hasta fiebre, alergias respiratorias, conjuntivitis o daños en la mucosa.
Qué pasa si el perro se come una oruga procesionaria
En caso de que nuestro perro chupe o ingiera una de estas orugas la gravedad es mayor. Desde el hospital veterinario Puchol advierten de daños inflamatorios en la lengua y dificultad para respirar. En caso de tragársela "puede desarrollarse edema faríngeo y dificultad en el paso de aire por la faringe, debido a la inflamación aguda." En los casos más complicados puede requerir la amputación de la lengua e incluso la muerte del animal.
Cómo reconocer si mi perro se ha comido una oruga y qué hacer antes de llegar al veterinario
Cuando un perro toca o ingiere una procesionaria los síntomas más típicos son hipersalivación, babeo y vómito. En ese caso hay que llamar al veterinario y llevarlo de urgencias.
Si crees que tu perro podría haber entrado en contacto con una oruga procesionaria, el primer paso es apartar al perro de la zona donde está la plaga. Después podemos limpiar con agua templada los restos y pelos de la oruga, evitando frotar para que los pelos no se claven en la piel y empeoremos la situación.
Fotos | ec-jpr en Flicker y Noah Boyer vía Unsplash.
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