"El niño hada", así ha titulado Raquel del Rosario la entrada del blog en el que ha contado que su hijo mayor tiene autismo. La vocalista de El Sueño de Morfeo ha querido escribir largo y tendido sobre el Trastorno del Espectro Autista (TEA) que se le diagnosticó para visibilizar esta condición y tratar de concienciar a sus lectores.
La cantante tiene dos hijos con el fotógrafo Pedro Castro: Leo, de cinco años, y Mael, que tiene. Los cuatro viven en Los Ángeles y, de hecho, estar criándose en un entorno bilingüe fue una de las razones a las que inicialmente achacaron uno de los primeros síntomas:
"No dijo ni una palabra hasta casi los cuatro años", ha escrito del Rosario. Aquello derivó en toda clase de pruebas médicas para descartar una posible sordera, distintas valoraciones y diagnósticos de profesionales...
Aunque ella ya sabía que algo pasaba desde mucho antes: "Desde los dos años supe que Leo era diferente, le encantaba tumbarse bocarriba largos ratos ensimismado, parecía estar viendo una película en el techo, a veces sonreía y parecía interactuar con algo".
Los diagnósticos a edades tempranas son muy complejos, tal y como ha explicado la cantante, debido a que muchos niños se desarrollan a ritmos diferentes. Así que, cuando los especialistas por fin dieron con el acertado, sintió "una sensación de alivio enorme".
En especial porque sabía que su hijo por fin iba a ser tratado por especialistas en un programa específico para personas que sufren trastornos del espectro autista. Aunque, "sobre todo, porque iba a relacionarse con niños que veían el mundo de una forma similar a como él lo hacía".
No obstante, también se ha mojado con cómo, tras el diagnóstico médico, se hizo complicado que su entorno lo entendiese: "Todos pensamos en niños que no se sienten cómodos con más gente, que gritan en lugares públicos porque se agobian, que se valen de la agresividad para mitigar su frustración, que hacen gestos repetitivos para calmarse, que son hipersensibles a los ruidos… Y claro, nada de esto le sucede a Leo".
Raquel admite haber tenido que hacer en este tiempo su “doctorado particular” sobre el tema y ha explicado que, "dentro de esto que llaman trastorno, hay varios tipos y niveles":
"Hay personas con un grado muy bajo que pueden valerse por sí mismos perfectamente en la sociedad, y casos severos con comportamientos como los que he descrito. Y entre uno y otro, un inmenso abanico con un sinfín de casos diferentes".
También ha aclarado que, a día de hoy, la medicina desconoce el origen o desencadenantes del autismo y se ha sincerado sobre lo que más difícil le resulta como madre y que es "el no poder dialogar, razonar o comunicarme con él de la manera que me gustaría".
Ha tenido que entender que su hijo ha venido a hacer las cosas de otra manera, lo cual le produce "una perdida de control absoluta". La que fuera representante de España en Eurovisión en 2013 ha contado que tenía "clarísimo" el tipo de programa educativo que quería para su hijo pero que el pequeño le ha recordado que "la vida en ocasiones tiene otros planes".
Tampoco ha tenido reparos a la hora de hablar sobre cómo le hace sentir esta situación, con sus más y sus menos:
"Hay días que la paciencia se me acaba y sale mi bestia gruñona, luego llega ese sentimiento de culpabilidad y más de un día las lágrimas de impotencia".
No obstante, aunque reconoce que hay momentos en los que se pregunta "¿Por qué, por qué y por qué?", hay otros en los que mira a su hijo y se da cuenta "del regalo que es, de todo lo que ha venido a enseñarme y de que no lo cambiaría por nada del mundo".
Del Rosario termina haciendo un resumen de las cosas que Leo le ha enseñando y recordándonos, de paso, que "el lenguaje del amor no entiende de palabras ni de idiomas, que existen otras formas de ver y percibir el mundo, que a menudo hay que soltar el control de las cosas para dejarlas ser, a su manera, y abrazarlas así, del modo que nos han sido dadas, agradecidos".
Fotos | Instagram Raquel del Rosario.
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