Lo que no pueden faltar en tu mochila cuando vas a la playa con tu perro

Nuestras mascotas se han convertido en uno más de la familia. Eso significa que, siempre que sea posible, se vienen de vacaciones con nosotros. Porque sí, viajar con tu perro y no morir en el intento es posible. Lo cierto es que, cuando llega el verano, es una pasada ver cómo disfrutan con el agua, la arena y el cambio de escenario. Si ya tienes fichada fichada la playa canina a la que queréis ir, el hotel pet-friendly y todos los accesorios que necesitas para el viaje, solo te falta una cosa más: la mochila para pasar un día espléndido juntos junto al mar.

Es día de playa y ya tienes preparado el bolso con el pareo, la tartera con la tortilla, la protección solar, la visera y, en definitiva, todo lo que tú sabes que necesitas para pasar una jornada de sol y mar. Es momento, entonces, de preparar la mochila del perro. Sin embargo, si es la primera vez, puede que te estés preguntando qué se supone que tienes que llevar además de lo ya habitual en los paseos.

El sentido común lo primero que te recordará es que debes echar en la mochila su agua y bebedero. En este contexto, beber no solo le ayudará a mantenerse hidratado sino a evitar que beba agua del de mar, que puede provocarle problemas gastrointestinales.

Tampoco puede faltar su bolsita de premios para reforzar su buen compartamiento y, si vamos a estar fuera todo el día, su racción de comida. No obstante, cuando hablamos de meter en la mochila sus utensilios de comidad y bebida, no nos referimos a los que usa en casa habitualmente sino a unos portátiles que podamos plegar y que ocupen menos espacio.

Por supuesto, lleva también algún juguete. Sobre todo, uno que flote porque son ideales para jugar con los peludos en el agua.

Es recomendable una crema solar para protegerles de las radiaciones UVA y UVB del sol. El producto se aplica sobre zonas con pelaje escaso como el abdomen, las orejas, hocico, parpados, labios o en la zona trasera superior de razas con pelajes claros o sin pelo. Además, no vale que se la eches anes de salir de casa porque hay que renovar la aplicación a las dos horas de exposición solar para asegurar una máxima protección.

Por otro lado, si tu perro tiene las patas delicadas también se aconseja un protector para almohadillas. Bajo el sol intenso, la arena se pone demasiado caliente y el perro puede sufrir dolorosas quemaduras en las almohadillas y en los espacios entre los dedos.

También, por este motivo, a no ser que estés completamente seguro de que habrá zonas de sombra, en tu equipo de playa tampoco puede faltar una sombrilla. Puedes llevar la tuya de playa de todas la vida o, si quieres ser más pro aún, una cama de exterior para perros con dosel.

A estas alturas, probablemente, ya hayas incluido las bolsas para recoger sus necesidades y que otros perros puedan disfrutar de la playa pero, como a veces uno se despista, lo incluimos a modo de friendly reminder. Por último, en salidas fuera de la rutina habitual como esta es muy recomendable llevar siempre encima los papeles del animal ya que podrían multarnos si las autoridades nos los pidieran y no los tuviéramos a mano. Puedes meterlos dentro de una funda impermeable si quieres evitar que se mojen o se manchen.

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Fotos | Unsplash