Según un estudio realizado por la Asociación Protégeles (dependiente del Safer Internet Programme de la Comisión Europea), el 21,3% de los jóvenes está en peligro de convertirse en adicto a las nuevas tecnologías y el 1,5% ya lo es hasta el punto de no controlar su conducta y descuidar su vida personal.
Y lo peor: cada vez empiezan antes, cada vez son más pequeños. Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, un 63,5% de los niños de entre 10 y 15 años tiene móvil y un 65% de los que lo tienen, lo colocan al lado de su cama mientras duermen.
¿Qué podemos hacer para que no caigan en esta obsesión? Está claro que cada uno tiene sus estrategias para conseguirlo, pero aprovechando el verano y que tenemos más tiempo libre, podemos poner en práctica una serie de truquillos para ayudarles a desengancharse y, ¿por qué no?, para que nosotros también nos olvidemos de la pantallita.
1.- El primer paso: darles ejemplo.
No podemos exigir a nuestros hijos que controlen su tecnoadición si nosotros somos los primeros que vivimos pegados al móvil como aquel que vivía pegado a su nariz. Tendrás que practicar lo que predicas, dejar de lado el móvil o la tablet y disfrutar de un rato con ellos sin pantallas de por medio.
2.- Pon una serie de normas.
Antes de prohibir tajantemente es mucho mejor tratar de ser razonable y negociar con tus hijos unas normas para usar el móvil. Haz como Janell Hoffman, una madre que se hizo famosa hace unos meses por hacer firmar a su hijo de trece años un contrato antes de regalarle el móvil. Pero sin recurrir al aburrido lenguaje legal, también puedes llegar a un acuerdo en cuanto a tiempo, lugar, contenido y maneras para usar el móvil y otros aparatos tecnológicos. Pon límites de gasto y de tiempo. Y si crees que a ellos les va a costar, al fin y al cabo son niños, utiliza aplicaciones y servicios como Vodafone Safity Net, por ejemplo. De esta manera podrás bloquear que hagan llamadas en determinados horarios o que entren a jugar cada dos por tres.
3.- Empieza poco a poco: pasad todos un fin de semana sin móvil.
Los tecnoadictos viven todo el tiempo con el miedo a perderse algo. Sufren fomo (si lo traducimos del inglés significa “miedo a perderse algo”) y están siempre pendientes de lo que hacen los demás, impidiendo disfrutar del momento. Y lo más duro y de lo que cuesta darse cuenta: crea un muro entre vosotros, como muestran en la campaña de publicidad que la agencia Ovilgy&Mather creó para el Center for Psychological Research de Shenyang.
Un fin de semana alejados del móvil es un periodo de tiempo pequeño y asumible, un periodo de prueba que podéis abrazar todos juntos para descubrir vuestro límite, vuestra capacidad para aguantar e incluso para tomarlo como si fuera una competición amigable. Y, por supuesto, la manera perfecta para descubrir que sin el móvil en la mano también se pueden hacer otras cosas la mar de interesantes.
4.- Invítales a unas vacaciones libres de móvil.
Suena fuerte, ¿verdad? Suena a que nos van a decir que si nos hemos vuelto locos, pero vamos a tardar hasta un año entero en volver a tener una oportunidad como esta para ayudarles a desengancharse.
En vacaciones hay demasiadas cosas fantásticas que hacer como nadar en la playa, montar en bicicleta, visitar parques de atracciones, hacer deporte o descubrir ciudades como para perder el tiempo mirando una pantalla. No todas las épocas del año vas a tener una excusa tan, tan buena.
5.- Pasad más tiempo al aire libre juntos.
Reconectar con la naturaleza implica desconectar nuestros teléfonos y disfrutar de los beneficios de pasar más tiempo al aire libre. Además, en esa playa semi-desierta apenas hay cobertura y no hay Wifi en lo alto de las montañas, pero sí una vista magnífica.
6.- Propón leer un libro largo, largo, largo... en familia.
Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de leer y de procesar la información. Invitar a tus hijos a leer un libro largo es una forma de poner a entrenar su cerebro. Además, las personas que leen tienen un mayor nivel de concentración y mejoran notablemente su capacidad para poner toda su atención en las cosas prácticas de la vida, incrementan su memoria y cuentan con muchos temas de conversación. Leer un libro, además, no es incompatible con las nuevas tecnologías sino que pueden formar un dúo imbatible.
7.- Lleva de vacaciones un cuaderno de notas y dibujos.
Sí, está claro que no es Instagram ni Facebook ni Snapchat, pero es otra forma de "contar las vacaciones" y de guardar un buen recuerdo de ese momento. Les servirá para aprender a resumir la información, a expresarse, a ordenar los bloques de texto y a ser creativos.
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Fotos| Pixabay.com
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