Leandra Medine nos ha sorprendido con un artículo que se sale de todo a lo que la blogger nos tiene acostumbrados. No habla de ropa. Tampoco de eventos de moda. Nos habla de un aborto, el suyo, de la forma más humana y vivida posible. En primera persona, con todo su dolor y su duelo. Pero también su esperanza. Eso nos ha hecho pensar en todas las mujeres que viven la pérdida de un niño, una de las experiencias más tristes y estigmatizadas que existen. Si es algo que ocurre a diario, ¿por qué no hablamos más de ello?
Los abortos espontáneos son algo mucho más común de lo que imaginamos a simple vista
Según las estadísticas, entre un 15 y un 20% de los embarazos confirmados termina en aborto natural. De hecho, la mayoría de los doctores recomiendan no dar la noticia hasta el término del primer trimestre, ya que la pérdida del bebé en los tres primeros meses es muy común. Entonces ¿por qué callamos? Y sobre todo, ¿por qué nadie nos prepara para ello?
Pongamos estas cifras en perspectiva. Según la Asociación Americana de Cáncer, el 12% de las mujeres sufrirá cáncer de mama. El porcentaje de abortos es considerablemente superior. Sin embargo, se trabaja por la visibilidad y concienciación del cáncer, pero muchísimas mujeres no saben que los abortos espontáneos pueden ocurrir. O sí lo saben, pero desconocen lo habitual que es. Y todo porque no queremos hablar de ello.
La importancia de conocer el riesgo y de hablar de ello
Cuando un embarazo deseado ocurre, la vida cambia. Ya sea al primer intento. O al segundo. O hayas pasado por mil tratamientos de fertilidad, trasvases de embriones e inyecciones de hormonas. Sea como sea el camino, cuando por fin te quedas embarazada es como llegar a la meta. Porque nadie nos ha preparado para la experiencia del embarazo ni nos ha hablado de los riesgos. Nadie nos contó que los dos palitos verticales en el test de embarazo son solo el principio, y que aún existe la posibilidad de no tener ese ansiado bebé.
Según los expertos, es importante decir en voz alta lo que nos decimos a nosotras mismas delante del espejo: que quizá ser madre no sea tu destino. Que algo habrás hecho mal, que la culpa es tuya por no haber reducido el ritmo. Que tu cuerpo te ha traicionado. Que estás sola. Por que es mentira. Hay un 20% de mujeres en el mundo que ha pasado por lo mismo, aunque no lo digan en voz alta.
Según Bebés y más (web líder en crianza infantil en España), en muchas ocasiones se resta importancia al tema del aborto. "Ya volverás a quedarte embarazada" te dicen. Sin embargo, es una gran pérdida para muchas mujeres, que requiere un proceso de duelo. Por eso la empatía es importante, compartir la experiencia para no sentirse sola y culpable. Los psicólogos afirman que siempre será menos duro si hablamos de ello y compartimos el sufrimiento. Tener a alguien cerca que nos recuerde que hay luz al final del túnel.
Sí, hay salida
El artículo de Man Repeller es la prueba de ello. De repente, un día te despiertas y vuelves a sentirte bien contigo misma. Te das cuenta de que es posible levantarse y volver a empezar, recuperarte y encontrarte de nuevo. Entonces comienzan las disculpas. Tienes que pedir perdón a todas las personas que te han acompañado y tú has intentado apartar de tu lado. A tu familia, amigos, marido, pareja. Pero sobre todo, tienes que hacer las paces contigo misma. Pedirte perdón por las veces que has maldecido a esas nausas matutinas y por lo fea que te has visto con la barriguita a cuestas.
Lo importante es darte el tiempo necesario para estar triste, pero saber que saldrás adelante. Quererte, querer a un cuerpo que un día estuvo embarazado y que quizá otro día vuelva a estarlo. Y sobre todo, hablar de ello. Los psicólogos nos animan a contar la experiencia a otras mujeres que estén pasando por lo mismo, porque, definitivamente, callárselo para uno mismo no es la vía para dejar de sufrir. Si no sabes por dónde empezar, Leandra de Man Repeller tiene un consejo muy sabio que darnos:
"Me gustaría que cada uno de vosotros hiciera dos listas. La primera debería ser sobre las cosas que admiráis de vosotros mismos. Escribidlas y colgadlas en el frigorífico. Leedlas cada día. Ampliadlas cuando se os ocurra algo nuevo. Miraros al espejo con el conocimiento de que, en este mundo, durante esta vida, solo os tenéis a vosotros mismos para apoyaros, así que no os queda más opción que quereros y trataros con amor.
Preguntaros a vosotros mismos: ¿es esto bueno para mí? ¿Es esto lo adecuado para mí? ¿Qué necesita mi cuerpo ahora mismo? Busca las respuestas y abrázate de vez en cuando. Puedes animarte a mejorar, pero no puedes presionarte hasta el punto en el que no te reconozcas a tí mismo.
En la segunda lista, quiero que escribáis al menos tres cosas por las que estéis agradecidos. Cualquier cosa. Si son personas, ve y cuéntales que están en tu lista. Disculparos por lo que tengáis que hacerlo y levantaros, salid y hacer algo bueno por un extraño. Lo que sea." - Leandra Medine.
Fotos | Pexels, Korrig'Anne, Man Repeller.
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