Es un icono de la cultura popular, a la altura de Mickey Mouse o las latas de sopa Campbell. Y aunque a lo largo de su historia se le ha acusado de promover una imagen excesivamente sexualizada de la mujer y un prototipo de belleza imposible, el objetivo con el que nació era muchísimo más feminista. Y no todo el mundo lo sabe.
Un objetivo feminista: inspirar a las niñas para que quisieran ser algo más que madres
Ahora no es nada excepcional, pero hasta que Barbie llegó al mercado, los muñecos con los que jugaban la mayoría de las niñas representaban bebés y niños pequeños. Y las niñas jugaban a cuidarlos, a darles de comer, cambiarles la ropita, dormirles… En definitiva, era una manera de practicar el papel que la sociedad les había asignado: el de ser madres.
Sin embargo, Ruth Handler, la creadora de Barbie se percató de que su hija prefería jugar con muñecas con apariencia adulta. Y también de las infinitas posibilidades que aquel juguete tenía para una nueva generación de mujeres que estaban viviendo cómo cambiaban sus roles: de ser amas de casa y madres a convertirse en profesionales.
Desde que nació Barbie era algo más que una novia, una esposa, una madre o un ama de casa. Era enfermera, veterinaria, secretaria, profesora, cocinera, azafata… y a medida que pasaron los años también fue astronauta, médico, ingeniera, arquitecto y mil profesiones más.
Estamos hablando de toda una revolución feminista desde la tienda de juguetes. De una muñeca que animó a muchas niñas a soñar con convertirse en grandes profesionales y en imaginarse que podían ser lo que ellas quisieran ser. A lo largo de su vida, Barbie ha tenido más de 150 carreras en distintas áreas: educación, medicina, política, ciencia, artes y negocios, entre otros.
Los orígenes de Barbie: inspirada en una muñeca para adultos alemana
Fue durante un viaje a Alemania donde Ruth Handler, ya convencida de que era necesario lanzar al mercado una muñeca que pareciera una mujer adulta, descubrió en una vitrina una muñeca llamada Bild Lilli. No era precisamente una muñeca inocente, sino que parecía dirigida a un público adulto y tenía grandes connotaciones sexuales (con pezones incluidos).
Bild Lilli se empezó a fabricar en el año 1955, pero antes había sido la protagonista de unas tiras cómicas dentro del periódico Bild. Era delgada, muy rubia y sensual, el sueño de todo hombre alemán.
Pero Ruth Handler supo adaptar esta inspiración al mercado infantil y empezó a vender el primer modelo a las niñas que disfrutaban cambiándola de ropa. Ruth bautizó en un primer lugar a la muñeca con el nombre de Bárbara, en honor a su hija y las primeras muñecas costaban tres dólares americanos, lucían un peinado típico de los años 60 y llevaban un traje de baño con animal print en blanco y negro, simulando la piel de cebra.
Para evitar todo tipo de problemas, compró los derechos de Lilli y apenas hizo cambios en el modelo original. Se limitó a eliminar el exceso de maquillaje y algunos detalles más sexualizados, como el busto.
Aunque en los primeros estudios de mercado se apuntó a que la muñeca sería un fracaso comercial, la realidad es que es uno de los juguetes más vendidos del mundo. Se estima que se han vendido más de mil millones de Barbies y en más de 150 países.
No solo eso: la casa Mattel ha trabajado con los mejores diseñadores del mundo de la moda para ofrecer a los fans de Barbie, un vestuario envidiable y se han hecho versiones de personajes famosos, actrices, modelos e influencers en increíbles ediciones especiales a lo largo de la historia.
Además, ha sido uno de los pocos juguetes en acaparar portadas de importantes medios de comunicación y hasta forma parte del elenco de una de las sagas de cine de animación más importante de todos los tiempos: Toy Story.
Pero no todo es de color de rosa en la historia de Barbie. La muñeca más famosa del mundo también ha tenido que soportar durante años que la acusaran de transmitir estándares físicos imposibles. La rubia más internacional era alta, tenía unas piernas imposibles, cintura de avispa y un busto pluscuamperfecto.
Ruth Handler, su creadora y la mujer que revolucionó el modo de jugar de millones de niñas
Ruth era en sí misma una mujer atípica para su época. Una mujer de negocios, creativa y con un espíritu emprendedor.
Nació en 1916 y era la pequeña de una gran familia que había emigrado desde Polonia buscando un futuro mejor a Colorado, Estados Unidos.
Desde muy joven mostró su espíritu emprendedor abriendo un negocio con su hermana Sarah y su cuñado, pero fue con su marido, Elliot Handler, con quien conoció el éxito y compartió vida. Junto con otro socio, Harold Mattson, el matrimonio Handler fundó Mattel, la que hoy es una de las empresas jugueteras más famosas del mundo.
Antes de lanzar Barbie al mercado, Mattel fabricaba marcos de fotos y casas de muñecas que fabricaba con los sobrantes de madera. Pero fue con aquella figurita de 27 centímetros con la que dieron la campanada. Una figurita además hecha de plástico, el material estrella en la década de los 60 y que se convirtió además en la opción ideal para fabricar los juguetes a partir de aquel momento.
El éxito fue inmediato y la fortuna de la empresa y de la familia Handler creció como la espuma. Pero lo que más nos llama la atención de esta historia es que el éxito de Ruth fue todo un paso adelante para el feminismo: una mujer que revolucionó el mercado de la juguetería y que estaba en lo más alto de su carrera profesional y del mundo empresarial en la década de los 60.
Las reglas del juego cambiaron para Ruth Handler
Sin embargo, pronto graves problemas amenazaron a la creadora de Barbie y estuvieron a punto de arruinar su carrera profesional y su reputación.
Por un lado, el matrimonio Handler fue expulsado de su propia empresa en el año 1974 tras ser acusados de fraude: “La Comisión de Bolsa y Valores (SEC), encontró culpable a Ruth Handler al entregar un informe falso. Se le sentenció con una multa de 57.000 dólares y con 2.500 horas de servicio a la comunidad» podemos leer en el libro de Marlene Wagman-Geller titulado Women who launch: The women who shattered glass ceilings.
Por otro lado, en el año 1970 a Ruth le diagnosticaron un cáncer de mama y sufrió la pérdida de un pecho. En aquella época la reconstrucción mamaria era una utopia, pero el ingenio de Ruth no servía solo para crear muñecas revolucionarias.
Fundó la entonces denominada Ruthton Corporation junto con Peyton Massey y revolucionó el mercado de las prótesis mamarias con sus inventos. Su primera creación la bautizó como Nearly Me. Ruth Handler vivió tres décadas más hasta que falleció el 27 de abril de 2002 en Los Ángeles.
El maleficio de Barbie: el diseñador que jugó con el éxito
Pero Ruth no fue la única persona que vivió momentos difíciles pese al éxito de su producto.
Jack Ryan, el diseñador que participó en el proceso de creación de Barbie, también tuvo una vida durísima, marcada por sus divorcios y los excesos. Ryan era el jefe de diseño de Mattel y la persona encargada de transformar aquella muñeca tan sexy alemana en un juguete que fuera del gusto del público americano.
Cuando Barbie era tan solo una idea, un proyecto cuyo éxito eran incapaces de imaginar, el matrimonio Handler decidió negociar con su diseñador y en vez de ofrecerle un sueldo, optar por un porcentaje de los beneficios de las ventas de Barbie. Una decisión de la que no tardarían en arrepentirse. El éxito de Barbie fue tal que en menos de tres años, Jack Ryan ingresaba más de 750 mil dólares al año y le convirtió en un hombre inmensamente rico.
Inmerso en una batalla con Ruth para determinar quién era el creador verdadero de Barbie, Ryan se compró una mansión en Bel Air y se lanzó sin frenos a la vida excesiva, a organizar orgías y al alcohol. La bautizó como El Castillo y se cuenta que contaba con más de 144 teléfonos, entre las diferentes estancias de la casa y los jardines.
En la década de los 70, Ryan organizó más de 180 fiestas en El Castillo e incluso contrató a publicistas para promocionarlas. En ellas, además de sus invitados, se podía uno encontrar con acróbatas, bailarines, hechiceros, etc.
Cuando la crisis golpeó a la casa Mattel y los ingresos comenzaron a bajar, Jack Ryan demandó a la compañía argumentando que le estaba estafando. Fue justo en el año 1974, coincidiendo con la salida del matrimonio Hadler de Mattel. El combate legal le sumergió en una vorágine de alcohol y depresión. Y también a casarse con su vecina, la famosa actriz Zsa Zsa Gabor. Pero aquello tampoco puso freno a una vida de excesos que terminó en otro divorcio.
No fue el único matrimonio roto. Tras casarse varias veces, divorciarse y seguir batallando contra Mattel, Ryan terminó suicidándose en el año 1991, tras verse confinado a una silla de ruedas tras un ataque al corazón. La batalla legal continuó incluso después de su muerte.
La historia de Jack y su enfrentamiento con Ruth llegó a ser tan famosa que hasta inspiró a los guionistas de Los Simpson en el famoso episodio Lisa vs. Stacy Malibu. Stacy Lovell parece una fusión entre los dos creadores que se disputaban la autoría de Barbie.
Barbie en el siglo XXI: más girl power que nunca
El cambio más increíble que ha sufrido Barbie en sus casi sesenta años de vida se ha producido hace muy poco.
Tras años en crisis, no solo de ventas sino también de críticas por las medidas pluscuamperfectas de la muñeca y los estándares de belleza imposibles que representaba, la casa Mattel decidió dar un giro a la muñeca en el año 2016 y adaptarse al movimiento body positive.
Ya te lo contamos en artículos como este o este otro: en los últimos años Barbie, la muñeca perfecta de medidas increíbles, se ha transformado en versiones mucho más creíbles de Barbie y mucho más cercanas a la realidad.
Ahora nos podemos encontrar en el mercado con modelos más voluptuosos, con varios tonos de piel, cabello, con diferentes tallas y medidas y formas corporales.
Porque cada persona es un mundo y nadie está hecho por el mismo patrón, la casa Mattel decidió crear nuevos modelos y reconocer que Barbie era más que una imagen física, era un espíritu.
De acuerdo también a esta evolución, los nuevos modelos de Barbie que se lanzan al mercado no solo homenajean figuras míticas de mujeres de la historia como Amelia Earhart o Frida Khalo.
La casa acaba de lanzar una nueva colección de Barbie con profesiones centradas en áreas Stem (las siglas en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Fotos| Mattel
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