Parece sacado de una versión mucho más dura de la película Footloose, pero en Irán las mujeres tienen prohibido bailar en público. Y por eso muchas de ellas están arriesgando su libertad por bailar en la calle para que otras puedan hacerlo en el futuro.
Es la única manera que han encontrado para protestar contra una ley que consideran totalmente injusta y retrógada y que les puede llevar directas a la cárcel. O incluso a sufrir un castigo físico, con latigazos.
Frente a la imposición la única opción es desafiar a las autoridades y tratar de mostrar a través de las redes sociales la injusticia que están sufriendo.
Armadas con su música y las ganas de recuperar la libertad que perdieron hace años, las jóvenes iraníes salen a la calle y buscan un cruce o un lugar concurrido para bailar con total libertad.
Estamos hablando de mujeres anónimas, pero también de activistas como Alireza Keihany dispuestas a arriesgarse con tal de poder subir estas imágenes a las redes sociales y dar a conocer al mundo la situación que viven día a día.
El peligro y el riesgo que sufren lo conocen perfectamente: hace ya unos años un grupo de jóvenes (tres chicos y tres chicas) que bailaban la canción Happy de Pharrell Williamos fueron arrestadas y castigadas además a sufrir 91 latigazos cada una.
Las autoridades religiosas del país consideran que bailar es un acto perverso, un pecado inmoral, que pone en riesgo la castidad de la población y debido a esto, el baile ha ido desapareciendo de la vida pública. Pero gracias a las redes sociales hemos descubierto que no hay un fin definitivo y que hay una nueva generación de mujeres iraníes dispuestas a seguir luchando.
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