Emma Watson no fue la primera: en su origen de La Bella y la Bestia ya era un cuento feminista

En 1750, antes de la famosa versión de Disney y de la recién estrenada protagonizada por Emma Watson, hubo una versión original de La Bella y la Bestia con un propósito realmente feminista: criticar la situación de la mujer en el siglo XVIII y su falta de derechos.

Su responsable fue la escritora francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, conocida como autora de numerosos cuentos infantiles, aunque publicó esta versión original del cuento como si se tratase de una guía para casarse adecuadamente.

La reinterpretación que de La Bella y la Bestia que hizo Beaumont, autora de más de setenta obras, es la más conocida, aunque la original data del año 1740 y es de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Esta autora escribía con el objetivo de entretener a sus familiares y amigos y publicó por primera vez la historia en La Jeue Américaine et les contes marins, una recopilación de relatos que una anciana contaba durante una travesía por el mar. De esta manera llegó al conocimiento de la aristócrata Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, que publicó una versión mucho más leve en el Magasin des enfans, ou dialogues entre une sage gouvernante et plusierurs de ses élèves. Y esta es la versión que pasó a la historia, pues Beaumont cambió muchos detalles del cuento original y eliminó las escenas más violentas.

Y aún así y todo hay mucha discusión sobre esta famosa versión del cuento, pues para muchos estudiosos es una representación del síndrome de Estocolmo o, peor aún, es una metáfora sobre la violencia machista y la posesión de la mujer. Pero se trata de todo lo contrario.

Una guía para elegir bien a tu marido

En una primera lectura la conclusión a la que llegamos con La Bella y la Bestia de Beaumont es que la heroína consigue conquistar a la Bestia y transformarle en un príncipe por ser una compañera prudente y discreta. Pero es en la conclusión final del cuento donde la autora critica la posición de la mujer en su época y hace una sorprendente crítica del papel de la mujer en su época, convirtiendo el cuento en un manifiesto feminista.

Según la historia de Beaumont, Bella es la más joven de tres hermanas, "una encantadora y dulce criatura", que ama a la Bestia a pesar de que su deformidad le asusta, mientras que sus hermanas, que son orgullosas y ricas se niegan a casarse con nadie que no sea un duque o sea muy rico. Realmente son los personajes malvados del cuento, capaces de cometer atrocidades como untar cebolla en los ojos de su hermana para que "llore" el día de su partida hacia el castillo de la Bestia.

Al final del cuento, cuando Bella convierte a la Bestia, una bella hechicera recompensa su sabia decisión, al preferir la virtud y la inteligencia a la belleza y le dice que se va a convertir en una gran reina. Mientras que a sus hermanas, conocedora del mal que hay en sus corazones, las convierte en dos estatuas que guardarán la entrada de su palacio para ser testigos de la felicidad de la protagonista. Y les advierte que no tendrán la posibilidad de cambiar su situación, ya que el orgullo, el enfado o la glotonería pueden superarse, pero es casi un milagro cambiar a una persona malvada o envidiosa.

En cierto modo, convertirse en estatuas como las hermanas de Bella era algo común para las mujeres en los tiempos de Beaumont, pues permanecían siempre a la sombra de sus maridos, padres, hermanos o hijos, sin tener voz ni capacidad para actuar por ellas mismas. Y lo más importante de su conclusión final: en el siglo XVIII no había muchas posibilidades de contar con un final feliz tipo "serán felices y comerán perdices" y sólo se conseguía un matrimonio favorable para una mujer si se elegía de manera inteligente y de forma juiciosa. En el caso de las hermanas de Bella, sólo tuvieron en cuenta las riquezas materiales y el status y no fueron lo suficientemente inteligentes.

Ya os hemos hablado anteriormente de las reivindicaciones feministas de Emma Watson en la nueva versión de la historia de Disney, pero por lo que hemos visto analizando el cuento original, los aspectos feministas del cuento son tan viejos como la propia historia, así como las intenciones de Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, cuyo único objetivo era enseñar a las mujeres de la época a tomar un papel activo a la hora de elegir bien sus futuras parejas y a no conformarse sólo con su papel como esposas de. Y es que un buen matrimonio podría suponer toda la independencia y felicidad para una mujer, incluso en pleno siglo XVIII.

Fotos| La Bella y la Bestia, Wikipedia

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