No debería ser así, pero hoy en día la conciliación de la mujer sigue siendo una asignatura a aprobar por la sociedad, las empresas y el gobierno. Quien se vuelca en su carrera no parece encontrar tiempo para tener hijos (o para planteárselo). Por el contrario, quien sueña con ser madre suele encontrarse con dificultades a la hora de trabajar. Solo unas pocas privilegiadas logran esta utópica conciliación real. ¿Qué hacemos? ¿Estamos dispuestas a escoger? Ahora las empresas han comenzado a ofrecer en España una alternativa por convenio: la polémica congelación de óvulos. Estas son las compañías que lo hacen y sus razones.
La congelación de óvulos lleva vigente en España desde hace muchos años, siendo una alternativa viable para las mujeres que, por las razones que sean, quieren esperar para tener hijos. Sin embargo, esta opción B se ha puesto de moda en algunas empresas españolas de forma integrada por convenio. Ahora las compañías ofrecen la congelación de óvulos en el contrato, una medida que ha desatado polémica.
Congelación de óvulos por convenio en España
El Club de las Primeras Marcas de la Comunidad Valenciana, una asociación de 20 empresas de diferentes sectores con miles de empleados y de facturación, anunció en noviembre el acuerdo con el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), mediante el cual comenzarían a ofrecer a las mujeres en plantilla ventajas a la hora de congelar sus óvulos, con descuentos del 10% en la vitrificación (que ronda los 3.000 euros en nuestro país). Esto ha desatado una nueva polémica en España: ¿maternidad forzosa o responsabilidad social empresarial?
Las empresas precursoras en Estados Unidos
No es la primera vez que esto ocurre, Facebook ya lo implantó en 2014 con sus empleadas, haciéndose cargo de todos los gastos del procedimiento. Ante las críticas recibidas, Sheryl Sandberg explicó que "la decisión la provocó la petición de una empleada con cáncer que no podía pagarse un tratamiento que tiene un coste medio de 10.000 dólares". El éxito fue rotundo y otras compañías multinacionales como Google, Uber, Spotify o Apple se subieron al carro. Esto ha hecho que "la congelación de óvulos por convenio laboral" sea algo normal en Estados Unidos. ¿Cuál es la situación en España?
Las visiones a favor de esta "congelación de óvulos" empresarial
Hay quienes lo ven como una fórmula ideal para proteger la libertad de las empleadas de ser madres cuando quieran y fomenta el hecho de que el estatus laboral es compatible con la maternidad. Esta nueva opción para las mujeres ha sido descrita por muchos como "una fórmula para igualar el campo entre hombres y mujeres", ya que elimina la presión del reloj biológico y da más libertad para tomar decisiones importantes.
Un ejemplo de esto es el profesor José Remohí, fundador del IVI valenciano, que afirma en una entrevista con El Mundo que "es un seguro de vida. Si en los años 50 la píldora anticonceptiva fue una revolución sexual para la mujer, darle libertad de maternidad es una revolución social”. Algo similar opina Juan Manuel Baixaulo, presidente del Club de las Primeras Marcas, en ese mismo artículo:
“Estamos convencidos de que en un futuro será algo habitual y muy valorado por todas las partes involucradas. Es simplemente una opción que ofrecemos a nuestra plantilla y creemos que con ello contribuimos a vencer uno de los mayores frenos a la maternidad.”
Las opiniones en contra de permitir que la empresa financie la congelación de óvulos
Esto contrasta con las opiniones de los que más allá de un impulso a la natalidad, ven en estas "ayudas" un método para que las mujeres se sientan cómodas posponiendo la maternidad y haciendo sacrificios por su trayectoria laboral. Esta visión de la congelación de óvulos "empresarial" considera que es más un beneficio para la empresa, que no ve interrumpida su productividad con bajas de maternidad.
Los sindicatos se han posicionado en contra de estos novedosos acuerdos. Desde Comisiones Obreras (CCOO) lo comparan con preguntar a una mujer si quiere ser madre en una entrevista de trabajo, algo que es ilegal. "Todos entendemos que es inconstitucional que a las mujeres se nos pregunte si queremos ser madres, porque a partir de ahí puede haber una vulneración de derechos. Además, es nuestra vida íntima, nosotras decidimos cuando queremos ser madres", indica su portavoz de Igualdad, Cloti Iborra.
Harriet Minter, periodista de The Guardian, también plasma esta idea a la perfección cuando afirma que "las medidas en favor de una conciliación real pasan por bajas maternales bien remuneradas, subsidios por el cuidado de los hijos y horarios laborales dignos". Ella misma afirma que el mensaje destilado de estos acuerdos resulta desolador, dando por sentado que la maternidad implica rendir menos o ser peor trabajadora que los demás, de ahí que haya que retrasar el tener hijos.
Entonces, ¿a favor o en contra?
Está claro que esta opción que algunas empresas empiezan a implantar despierta opiniones enfrentadas. Lo que es indudable es que la maternidad de las madres trabajadoras, sus dificultades y las iniciativas para facilitarla, es un tema que preocupa a miles de mujeres. La conciliación entre vida familiar y profesional requiere de medidas, más o menos acertadas, que hagan que ser madre no reste un ápice de igualdad.
Por ello, todo tipo de apoyo (incluyendo la congelación de óvulos, pero sin olvidar también las medidas conciliadoras) será bien recibido. Siempre y cuando no se imponga y las mujeres de la empresa no se sientan forzadas, obligadas o coaccionadas para escoger esta medida frente a una maternidad natural en el momento que ellas escojan. La maternidad no debería estar regulada bajo condiciones empresariales de ninguna forma, algo que ya se ha ido de las manos con noticias como las de Japón y su "maternidad por turnos".
Fotos | Unsplash.
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