Vera Robin es otro de los grandes nombres que la ciencia parece haber dejado de lado. Esta astrónoma, responsable de descubrir la materia oscura y de forjar muchas de las bases de la astronomía actual, ha sido barajada durante décadas como candidata al Premio Nobel de Física, pero nunca se lo han dado a ella. El año pasado la asociación Sigma Xi predecía su nombramiento. Finalmente ha fallecido, sin recibir jamás el merecido galardón y uniéndose al extenso club de científicas que sufren el "efecto Matilda".
No demasiadas mujeres han ganado el Premio Nobel en la categoría de Física a lo largo de la historia. Concretamente, solo dos desde 1901: Marie Curie y Maria Goeppert Mayer. Esto se debe en gran medida al llamado "Efecto Matilda", un concepto según el cual las mujeres científicas reciben menos reconocimiento por su trabajo que sus homólogos varones. Parece ser que Vera Rubin tampoco escapó a este fenómeno.
La historia de Rubin no fue sencilla. Desde niña mostró gran interés por el estudio de las estrellas y el espacio exterior. Sin embargo, la Universidad de Princeton la rechazó por ser mujer. Consiguió graduarse en Cornell con un trabajo especializado en el estudio de las galaxias, que tampoco gustó demasiado a la comunidad científica de la época.
Sus ideas contradecían la teoría del Big Bang, y aunque le valieron un doctorado en la Universidad de Georgetown, su trabajo fue rechazado por grandes revistas del sector como Astronomical Journal o Astrophysical Journal. Todo un golpe bajo para ellos, que perdieron la oportunidad de ser pioneros con las ideas de Rubin, confirmadas 15 años después.
En 1965 Vera abandonó su polémica línea de estudios y decidió centrarse en las curvas de rotación para dejar de enfrentarse a la comunidad científica. Fue la primera en medir la velocidad de las estrellas y descubrir la existencia de materia oscura. Si bien es cierto que el término no se estudió hasta 1974 ni se acuñó hasta 1993, fue Vera Rubin la que facilitó la prueba más sólida y real de su existencia. Ahora, con 88 años, ha fallecido en Pensilvania sin haber obtenido nunca el Premio Nobel que merecía.
Fotos | Wikipedia Commons.
En Trendencias | El efecto Matilda: por qué las mujeres científicas han sido ninguneadas a lo largo de la historia.
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