Un año después del nacimiento en Japón de un movimiento orientado a cambiar las leyes que permiten que las empresas de este país puedan exigirle a sus trabajadoras llevar zapatos de tacón durante la jornada laboral, ya han conseguido su primera gran victoria. A partir del meses que viene, las azafatas de Japan Airlines (JAL) no estarán obligadas a calzar ni este tipo de calzado ni a vestir con falda.
El #KuToo coge su nombre de un juego de palabras que versiona el famoso #MeToo con las palabras "kutsu" (zapato) y "kutsuu" (dolor). El movimiento lo inició en febrero del año pasado una ciudadana japonesa, llamada Yumi Ishikawa, con un tweet que se hizo viral y en el que denunciaba la obligación de usar tacones en la funeraria en la que trabajaba.
A partir de ahí, el movimiento fue ganando fuerza en redes sociales con una petición en Change que han firmado más de 32.000 personas. En ella Ishikawa argumentó que usar zapatos de tacón puede causar juanetes, dolor en la zona lumbar y provocar ampollas.
Aunque la causa no se quedó entre hashtags y trending topics. Tomando un carácter más oficial, se presentó en el Ministerio de Trabajo un manifiesto reclamando una ley que prohíba a los empresarios obligar a las mujeres a llevar tacones, por "constituir discriminación sexual y acoso".
Aunque Shinzo Abe, primer ministro de Japón, se ha mostrado opuesto a los códigos de vestimenta femeninos, la petición fue recibida con escepticismo por las autoridades. No obstante, ahora la aerolínea ha decidido tomar cartas en el asunto y se ha convertido en la primera gran empresa del país en modificar su normativa en este aspecto.
De este modo, alrededor de 6.000 trabajadoras podrán elegir entre el calzado "que mejor se adapte a sus necesidades" y cambiar la falda por un pantalón con el objetivo de crear, según ha hecho público JAP, "un ambiente de trabajo diverso".
Una primera victoria que Ishikawa ha celebrado pero no sin recordar que todavía quedan muchas "cadenas de hoteles, comercios, bancos y otras empresas" que siguen sin cambiar sus normas y que espera que sigan "el ejemplo" dado por la aerolínea nipona.
De hecho, la protesta con respecto al código de vestimenta sexista en Japón se ha extendido de los pies a la cabeza con el Glassesban, debido al reglamento de algunas empresas que prohíben a sus empleadas usar gafas.
Esta prohibición se diferencia de la obligación de llevar un calzado elevado entre cinco y siete centímetros, en que la primera no es una regla cultural impuesta desde el gobierno pero sí la incluyen algunas empresas en sus códigos de conducta. Al menos, así lo han denunciado públicamente algunas trabajadoras que lo sufren.
Los puestos de cara al público son los principales afectados por esta medida y los motivos son principalmente estéticos, ya que, según los empleadores, transmitirían "una actitud fría que restaría cercanía en el trato con el cliente", además de ocultar la elaboración del maquillaje en el caso del sector de la belleza. Y es que los motivos varían dependiendo del área. Por ejemplo, en algunos restaurantes no se permite llevar gafas alegando que este accesorio no encaja con la indumentaria tradicional.
El último informe del Foro Económico Mundial sobre brecha laboral de género situó a Japón en el puesto 110 de 149 países. Muy por detrás de otros países desarrollados.
Fotos |Instagram de Japan Airlines y cabincrewgorgeous.
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