Nueve mujeres extraordinarias que además fueron madres en tiempos difíciles

Hubo un tiempo en que la única función que la sociedad concedía a la mujer era el de ser madres y cuidar de la familia. En aquellas mujeres que desafiaron lo establecido y se convirtieron en heroínas de diferentes campos cuyos nombres han pasado a la historia, podemos encontrar el ejemplo de que se puede ser madre... y se pueden ser muchas cosas más. Si se quiere, claro. Las conocemos por sus profesiones y sus hitos, pero queremos celebrar el Día de la Madre echando un vistazo a su faceta como madres.

Marie Curie

Marie Curie es uno de los grandes nombres de la historia de la ciencia. Y del feminismo. Fue la primera mujer profesora en la Universidad de París, la primera mujer en recibir un Premio Nobel y la primera persona premiada en dos especialidades diferentes (Física y Química). Pero, además, fue madre. Y desde la muerte de su marido, Pierre Curie, cuando sus hijas aún eran pequeñas, madre soltera. Su hija mayor, Irène Joliot-Curie, también fue galardonada con el Premio Nobel y murió, al igual que su madre, por culpa de las consecuencias de la exposición al radio. En una ocasión, cuando le preguntaron por su madre, declaró: «Siempre nos educó para que trabajáramos duro y fuéramos independientes, pero nunca nos dijo que la ciencia fuera la única carrera que merecía la pena».

Joséphine Baker

Joséphine Baker fue un poco de todo en su vida. De todo lo bueno. Actriz, cantante, bailarina, activista por los derechos civiles en su país de nacimiento (Estados Unidos) y apoyo firme de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial en el de adopción (Francia). Lo que no es tan conocido de su figura es la faceta maternal. Joséphine Baker no pudo dar nunca a luz, tras una histerectomía a la que tuvo que someterse después de un aborto natural, pero decidió convertir su vida en la de una madre por todo lo alto, adoptando a doce niños, procedentes de diferentes lugares del mundo, tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Quería convertir su casa en un ejemplo de hermandad y no dudó en sacrificar toda su fortuna para darles la mejor vida posible.

Abigail Adams

Abigail Adams fue la Primera Dama de Estados Unidos entre 1797 y 1801, la segunda mujer en la historia que ocupó ese cargo. Fue una pionera en su época por ponerse al mando del negocio familiar cuando su marido viajaba, ya antes de llegar a la Casa Blanca. Además, escribió cartas y discursos a favor de la abolición de la esclavitud y de la igualdad de derechos de las mujeres. Todo ello, mientras criaba a sus cinco hijos, uno de los cuales, John Quincy Adams, acabó, a su vez, también convertido en presidente de los Estados Unidos.

Mary Wollstonecraft

El nombre de Mary Wollstonecraft nos remite a una de las pensadoras más importantes de la historia. Además de su trabajo como escritora de ficción gótica, nos ha dejado para la posteridad ensayos, tratados, relatos y discursos que la sitúan como una de las grandes pioneras del feminismo. Fue una de las primeras en defender, en su obra Vindicación de los derechos de la mujer (de 1792), que la mujer no era biológicamente inferior al hombre. Como madre, su historia es trágica: falleció como consecuencia de una infección en la placenta tras el parto de su hija Mary, pero su legado fue más allá de su muerte y esa niña, precisamente, se convirtió en Mary Shelley, la inolvidable autora de Frankenstein.

Irena Sendler

Irena Sendler fue madre de tres hijos, pero le dio la vida a unos 2.500. Porque Irena Sendler fue la gran salvadora de los niños nacidos en el gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial y, por ello, pasó a la historia como «el ángel del Gueto». Aprovechando su trabajo como enfermera y su condición de católica, escondió y dio documentos falsos a cientos de niños para salvarlos de una muerte segura en los campos de exterminio.

J.K. Rowling

El nombre de J.K. Rowling es conocido en todo el mundo por ser la autora de la saga Harry Potter y, en consecuencia, una de las mujeres más ricas del mundo. Pero hubo un tiempo en que ser J.K. Rowling no fue fácil. La muerte de su madre, una depresión profunda, unida a un traumático divorcio y, finalmente, tener que criar a su hija sola, gracias a ayudas sociales, mientras escribía el que sería su gran éxito en las cafeterías a las que llevaba a su hija para salir del pequeño apartamento en el que vivían.

Lorna Simpson

Lorna Simpson es una fotógrafa afroamericana cuya obra en los 80 y los 90 revolucionó la fotografía conceptual. Es considerada una de las figuras más importantes del arte de su generación. En su obra, mezcla nociones de género, identidad, raza, cultura y sexualidad. Decidió no ser madre hasta casi los cuarenta años, y su hija Zora es hoy una influencer entre el público millennial en Instagram.

Elizabeth Cady Stanton

Las sufragistas fueron auténticas pioneras en la lucha por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Elizabeth Cady Stanton es una de ellas: no solo luchó por conseguir que el derecho de la mujer al voto fuera introducido en la constitución de Estados Unidos, sino que lo hizo mientras criaba a nada menos que siete hijos. Además, abogó por la educación de las mujeres, y animó a sus propias hijas a acudir a universidades como Vassar o Columbia.

Mary Kay Ash

El nombre de Mary Kay Ash irá siempre ligado al de la firma de cosméticos que fundó en 1963, cuando era un ama de casa de cuarenta y cinco años, con tres hijos, que tenía que encontrar un trabajo que pudiera hacer desde casa para mantener a su familia mientras los cuidaba. Cansada de ver cómo los ascensos en las empresas para las que trabajaba iban siempre destinadas a los hombres, decidió fundar su propia compañía, que ha llegado a ser una de las líderes del sector.

Imágenes | Wikimedia Commons, Gtresonline.

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