Patrones para una nueva vida: así es como Lydia rehizo toda su ropa para superar una violación

Lydia Higginson apenas tiene nada en el armario que haya comprado en una tienda, todo se lo hace ella. Después de ver el documental The True Cost quiso aportar su granito de arena al mundo y vestir solo con "ropa realizada con cariño". Otra razón más la empujo a comenzar este proyecto: en 2012 fue asaltada y violada en su propia casa, lo que le llevó a sufrir un profundo desorden post-traumático. Y este nuevo camino sartorial le ha ayudado a superarlo y a sentirse de nuevo capaz y sin miedo. Así es como ocurrió todo.

A comienzos de 2016 Lydia donó toda su antigua ropa por razones ecológicas y éticas, después de enterarse del origen de sus prendas. Decidió reemplazarla poco a poco con creaciones hechas por sí misma. Esta joven británica contaba con algo de experiencia en costura, y lo demás lo aprendió por el camino. "No es barato, cuesta bastante dinero hacer tu propia ropa" dice Lydia. Visto desde el lado bueno, a la que aprende a hacerla también sabe cómo arreglarla cuando se estropee.

Ha pasado un año completo desde que Lydia se lanzó a esta aventura handmade, y ella lo celebra con un vídeo en el que muestra todas sus maravillosas y originales prendas: camisetas, jerséis, pantalones, abrigos y faldas. Lo básico. Pero también hay sujetadores, pijamas e incluso braguitas. Y una confesión. Una declaración que muestra una de las terribles verdades que la empujaron a este proyecto: Lydia fue violada.

"Hace aproximádamente cinco años, en una bonita tierra muy lejos de casa mi cuerpo me fue robado. Un grupo de ladrones entró en la casa en la que vivía, me desnudaron a punta de pistola y me asaltaron sexualmente. Fue el momento más terrorífico de mi vida. Mientras estaba tendida en el suelo boca abajo, desnuda y con una pistola apuntando a mi espalda, mi mente desconectó por completo de mi forma física.

Puede sonar como una locura, pero para mi tenía sentido que si podía perder mi cuerpo siendo desnudada, podía volver a vestirme con un set completo, como una armadura sanadora. Quería rehacerme mi propio vestuario porque creía que, si podía hacer eso, no tendría que tener miedo nunca más. Conseguiría unas aptitudes y una fuerza con las que siempre podría contar."

Su seña de identidad

Como toda artista que se precie, a Lydia le gusta dejar su firma en la ropa que ella misma crea. Para ello se ha inspirado en una técnica japonesa milenaria: el Kintsugi, una práctica consistente en arreglar cerámica rellenando las grietas con oro, para que destaquen. La joven británica hace más o menos lo mismo, cosiendo con hilo dorado las costuras que requieran arreglo o mejora, para poder recordar sus errores y disfrutar de ellos. ¡Qué forma tan bella de adornar una equivocación!

Fotos | @mademywardrobe.

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