La estrella del momento demuestra una vez más por qué le duele tantísimo la espalda de llevar la industria de la música, y ahora también del cine, a cuestas
Este es el mundo de Taylor Swift y nosotras solo estamos viviendo en él. Bueno, de hecho déjame que apunte una cosa: tenemos la suerte de estar haciéndolo a la vez que ella. Supe de su persona allá por 2008 cuando en Disney Channel comenzaron a pasar el videoclip de Love Story entre capítulo y capítulo de Hannah Montana o Los Magos de Waverly Place. Todo me pareció una fantasía, desde las referencias explícitas a Romeo y Julieta, hasta lo guapa que estaba, pasando por, de forma inevitable, la presencia de Justin Gaston, su coprotagonista y por aquel entonces pareja de Miley Cyrus. Todo quedaba en casa.
A partir de entonces comenzó mi obsesión, que por una cuestión cronológica fue de la mano de la de Crepúsculo (por cierto, no te puedes perder este post con lo que no queremos ver en la nueva serie de la saga. Y spoiler: pelucas). En nada me puse al día, me aprendí todas las canciones que ya había lanzado y sabía todo lo que Just Jared me podía ofrecer sobre su vida. Mi nivel de inglés en parte se lo debo a todo esto, así que el tiempo dedicado a ello además de muy apasionante resultó una inversión.
Cuando escuchaba Forever and Always, Fifteen o White Horse me creía que Taylor Swift había escrito esas canciones para mí. Y esa es su magia, un elemento clave en su música, en la de cualquiera que se dedique a ello, algo que ha ido evolucionando con los años a medida que ella y nosotras hemos ido creciendo hasta acabar por los suelos con Folklore y Evermore. ¡Hasta nos dejaron a las dos a la vez! A ella fue por una llamada de 27 segundos, ¡maldito seas Joe Jonas! Y casi consigue convencernos el truhan de que había cambiado, pero los motivos de su divorcio de Sophie Turner nos han dejado claro que no. ¡Ah! A mí me dejaron por un mensaje de texto pidiéndome un tiempo, pero de eso podemos hablar otro día.
Si tuviera que dar una serie de datos claves para todos aquellos que, de forma increíble, no saben apenas nada de Taylor Swift, tomaría nota de lo siguiente:
- Su regrabación de Speak Now es el álbum más escuchado en plataformas de streaming de la historia.
- Es la mujer que más álbumes ha tenido en el número 1, superando a Barbra Streisand.
- Ha sido la primera artista vida en 60 años en conseguir tener cuatro discos entre los 10 más escuchados: Midnights, Lover, Folklore y Speak Now.
- Es la cantante que más semanas consecutivas ha estado en el Top 100 de Billboard, casi nueve años.
- En octubre del año pasado se convirtió en la primera artista en ocupar todos los puestos del top 10 de canciones más escuchadas en Estados Unidos.
- Tiene ocho premios de la Academy of Country Music Awards, cuatro de la American Country Awards, 34 American Music Awards, un ARIA Music Award, un BBC Music Award, un BBC Radio One Teen Award, 25 Billboard Music Awards, tres Billboard Music Touring Awards, tres Billboard Women in Music Awards, doce Grammy Awards, seis récords Guinness y 17 MTV Music Awards entre otros. Y paro porque tengo que parar.
- Además de esto ha participado en películas como Historias de San Valentín, Cats (esto casi que se podría obviar por lo terrorífico de la producción) o Ámsterdam además de contar con sus propios documentales como Miss Americana y ahora The Eras Tour, la película de su concierto de esta última gira.
Por qué es tan importante el estreno de The Eras Tour, la película del concierto de Taylor Swift
Taylor Swift se encuentra en pleno descanso de su gira tras haber recorrido Estados Unidos, el momento perfecto para estrenar la película de su concierto, un show de más de tres horas en el que repasa toda su carrera musical demostrando su rango vocal y capacidad de adaptación a diferentes estilos encima del escenario.
En un principio el largometraje se iba a estrenar solo en el país de origen de la cantante y México, pero debido a la demanda de su público decidió que el pasado viernes 13 llegase a las salas de todo el mundo.
Y como Taylor Swift no sabe hacer las cosas de una forma que no sea rompiendo récords, como cuando hace unos días te contamos que parecía que iba a agotar estas New Balance que ni siquiera están a la venta que Taylor Swift con las que se marcó un Lady Di, con esta producción ha hecho lo propio, superando lo recaudado en preventa de tickets las primeras 24 horas los números de Spider: No Way Home. Ella consiguió alcanzar los 26 millones de dólares y el equipo de Tom Holland se quedó en 17. Solo a nivel mundial antes del estreno ya se habían vendido entradas por valor de 100 millones. Por cierto, ¿sabes cuál es el precio de estas? 13,13 euros, el número mágico de la cantante.
La llegada del último proyecto de Swift es un soplo de aire fresco para la industria del cine que todavía no ha logrado recuperarse de los estragos de la pandemia y que está sobreviviendo a medias tintas debido a la huelga de guionistas y actores de Hollywood que ha llevado a retrasos de estrenos de nombres tan potentes como Dune 2.
Este año hay dos títulos que han logrado mantener a flote este mercado: por supuesto, Barbie, protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling y dirigida por Greta Gerwig, y Oppenheimer, de Christopher Nolan. De acuerdo a las estimaciones económicas previstas y la respuesta del público a nivel mundial, The Eras Tour va a ser clave también en este proceso.
Del escenario a las salas: así ha llevado Taylor Swift su gira a los cines de todo el mundo
Como todo lo que rodea a Taylor Swift, este proceso, por razones evidentes, no ha sido sencillo. Su equipo comenzó a reunirse con los grandes estudios en junio y ambas partes estaban entusiasmadas con la idea, ¡cómo no!
Sin embargo, en algún punto todo comenzó a torcerse. Al parecer ese momento fue en la concepción de la idea, la puesta en común de lo que tenían en mente la cantante y las grandes empresas. Ella siempre quiso hacer este proyecto, además de para que fuese rentable, para que llegase su música a todos aquellos fans que por no haber podido hacerse con las entradas por el motivo que fuese, llámese esto posibilidades económicas, fiasco de Tickermaster o reventa de entradas por 3000 euros, viviesen también la experiencia de The Eras Tour. No obstante, esto era lo que no terminaban de ver los streamers.
Llegados aquí, Taylor Swift volvió a hacer un Taylor Swift, buscándose ella misma las habichuelas, como se dice popularmente. Para ello se sentó con AMC Theatres, la cadena de salas de cine más grande del mundo, con los que dio con la clave para que la magia fluyese.
Por supuesto, esto ha servido para enfadar a bastante gente y en concreto a esos estudios con los que se reunió en un principio porque dicen que ella y su equipo se han aprovechado de sus consejos para aplicarlos en la negociación con AMC, algo normal por otra parte si sabes con qué cartas juegas la partida. Yo creo que también lo que pasa es que tienen que tener su correspondiente pataleta por haber perdido tantísimo dinero, pero bueno.
Al trabajar directamente con la cadena de salas de cine, la cantante ha podido escoger la fecha de estreno de su película, lo que ha obligado a otras tantas a cambiar la suya por miedo, real, a la competencia tan dura. Algunos de los títulos afectados han sido El Exorcista: Creyente, Golpe a Wall Street, Ordinary Angels o la vuelta de Meg Ryan con What Happens Later.
Por otra parte, al haber dejado a los grandes estudios fuera de la ecuación, eliminando así a un intermediario de todo el proceso, los beneficios para las salas de cine son mayores. La cantante se llevará un 57% de la venta de entradas, dejando el resto para la otra parte implicada, lo que se considera generoso, ya que producciones con tanto presupuesto como las de Marvel suelen llegar al 65%.
El odio en redes que estamos recibiendo las fans de Taylor Swift
Como de costumbre, no todo iba a ser de color de rosa con el estreno de The Eras Tour, ya que ahora las miradas con cejas enarcadas caen sobre las amantes del trabajo de la cantante, al igual que sucedió en su momento con Barbie, que por cierto, ya se puede alquilar para verla en casa.
Hablo nada más y nada menos que de todas aquellas personas que se quejan de este fenómeno fan, bastante sano en todos los sentidos. Por supuesto, al tratarse de algo mayoritariamente femenino se denosta casi de serie y se tilda de chorrada, ridiculez, locura u obsesión. ¡Ah! Y un histeria o histéricas siempre cabe también, que aunque hace ya tiempo que dejamos atrás el siglo XIX las costumbres nos es tan fácil soltarlas.
Por supuesto, nunca nadie ha puesto en duda barbaridades de aficionados al fútbol, la evangelización de Nolan con sus películas o lo buenos que son los Rolling Stones, pero esto debe de ser harina de otro costal, claro. ¿Y la diferencia cuál es? Es que no sé si termino de verla, ¿será que se trata de mujeres celebrando el éxito de una mujer que hace lo que le place y buenamente puede después de que la hayan mirado con lupa desde los 17 años? Mmm... ¡Quizás! Pero para darle una vueltita más, te dejo por aquí la reflexión de la fan entre las fanes, Andrea Compton.
Y para terminar, yo solo tengo que decirte que si el gen del odio está en tu ADN, le hagas caso a Taylor Swift, porque mira lo genial que le va a ella en la vida, al menos por lo que nos deja ver, y te apliques lo que predica dejando de criticar a los demás por disfrutar de aquello que nos hace felices. Verás qué sencillo se vuelve todo.
Fotos | @taylorswift
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