Detrás de sus recetas caseras y rutina en medio de las montañas, hay un trasfondo que ha encendido las alarmas entre sus seguidores
En un universo digital en el que hay que etiquetarlo todo, basta con agregar un hashtag para convertirse en un referente de estilo de vida con el que muchos apenas pueden soñar: así es la vida de Ballerina Farm, una mujer de nombre Hannah Neeleman que dejó su pasado como bailarina profesional y de reina en los concursos de belleza para volverse una de las más seguidas y populares estrellas de las redes sociales gracias al drástico cambio en su estilo de vida: pasar de practicar ballet a recoger huevos todas las mañanas.
El fenómeno de esta tradwife (traditional wife, en inglés) subió como la espuma en redes como Instagram y TikTok, en donde ha llegado a los ya 9 millones de seguidores; en principio, por compartir el estilo de vida de una mujer que se hace cargo de (ahora) ocho hijos, una granja, sus animales y, además, compartir en internet un estilo de vida al que, muchos aseguran, está siendo obligada a vivir por su esposo, Daniel.
Hannah que dejó una carrera trunca como bailarina en la prestigiosa escuela Juilliard ha sido una cara recurrente en los certámenes de belleza, ganando el título de Mrs. Utah en 2021 y quedando finalista en Mrs. World en el mismo año.
Ahora ha sido un referente de los farmfluencers (incluencers que promueven la vida de granja o de campo) por dejarse ver 'al natural' en sus videos: vestidos holgados en medio del campo, cocinando galletas con ingredientes naturales desde cero y haciéndose cargo de los animales de la granja; sin embargo, el comienzo de su historia es más oscuro de lo que se cree, ya que el acoso de su actual esposo le transformó la vida por completo.
En una entrevista para The Times, comentó cómo es que conoció a su actual esposo: Daniel Neeleman y ella estudiaron juntos en la misma universidad, el flechazo (al menos en él) fue inmediato, ya que le pidió que salieran juntos y así comenzar una relación. Al principio, Hannah se negó a adentrarse de lleno en una relación por concentrarse en su futuro como bailarina, sin embargo, 'la insistencia de Daniel' la terminó conquistando, cuando él se las arregló para que, en un vuelo comercial movieran su asiento a uno junto a ella, lo que se convirtió en una primera cita.
Tras cinco horas de vuelo, Hannah decidió darse una oportunidad para compaginar su vida amorosa con sus estudios, sin embargo, todo fue muy diferente: "En aquel entonces pensé que deberíamos salir juntos durante un año antes de casarnos", dijo en su entrevista para The Times. "Así podría terminar la escuela y todo lo demás. Pero Daniel me dijo: 'No va a funcionar, tenemos que casarnos ahora'".
Fue así como, con apenas dos meses de noviazgo, contrajo nupcias con el heredero de la aerolínea JetBlue, y tres meses después, estaba esperando su primer hijo, del que ha compartido su experiencia como madre incluso en un blog anterior a sus redes.
Entre ser tradwife o vivir una vida estilo glamping
Con la popularidad de los videos que sube a sus dos cuentas, la gente no dejó de observar el hecho de que, con las tareas en casa que Hannah tiene que realizar todos los días, apenas le dé tiempo para poderse grabar y subir su contenido, un hecho que comenzó a generar especulaciones entre sus seguidores por dos razones principales: era casi imposible tener una casa limpia con ocho niños en ella y hacerse cargo de animales al mismo y tiempo; y también, brillaba por su ausencia su esposo en las tareas del hogar, dejándose ver sólo ajustándose la corbata mientras ella peinaba a sus hijas cargando un bebé a cuestas estando embarazada.
Entre los detalles que muchos de sus seguidores notaron, es que los niños (que se involucran en las tareas del campo desde temprana edad) lucen la vestimenta cliché de los granjeros estadounidenses: botas de piel, camisas a cuadros, cinturones con grandes hebillas y sombreros de ala ancha; una indumentaria que, muchos aseguran no es la adecuada (ni cómoda) para trabajar, ya que lo más popular es ver a hombres con botas de hule y gorras de béisbol, lo que indica que el estilo de vida de Ballerina Farm es una total producción para redes y que, en realidad tienen un montón de comodidades que en sus videos fingen para atraer al público, y una muestra de ello es una estufa AGA de modelo clásico con un costo de más de 30.000 dólares.
Sintiendo curiosidad por estos dos puntos de referencia en la vida perfecta rodeada de montañas que Hannah nos presume en sus videos, los internautas han especulado que, en realidad, la rutina de una traditional wife que hemos visto en sus publicaciones forma parte de una producción propagandística no sólo para la línea de productos naturales y orgánicos que buscan lanzar al mercado, sino que también, tiene que ver con ideologías religiosas, ya que muchos han acusado de utilizar la imagen de Hannah para hacer una representación pública de la feminidad y la familia como miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, religión que profesa su esposo Daniel, además, el hecho de tener un núcleo familiar numeroso manifiesta su posición acerca de su rechazo al aborto y su ideología pronatalista que destapa otra gran controversia entre las tradwifes: las mujeres son usadas para procrear.
Una rutina de machismo y sumisión
Durante su entrevista con The Times, Hanna declara que “Mi objetivo era la ciudad de Nueva York. Me fui de casa a los 17 años y estaba tan emocionada por llegar allí. Quería ser bailarina. Era una buena bailarina. Pero sabía que cuando empezara a tener hijos mi vida empezaría a verse diferente”, fue entonces que, al encontrarse con Daniel, supo que podía compaginar ambas cosas a la perfección: su pasión por la danza clásica y el convertirse en madre.
Si bien internet ha sabido de casos de familias numerosas en las que la vida del campo es el escenario principal, lo cierto es que el papel de los hombres de la familia solamente se limita a las labores del campo, relegando a las mujeres al cuidado de la casa y de los niños en un estilo de vida que, hoy en día, se considera retrógrado, pero que en este tipo de núcleos familiares en donde hay una ideología religiosa de por medio, se convierte en el pan de cada día en donde las mujeres solamente deben de cumplir con un rol: el de traer niños al mundo.
Acerca de este punto Hannah declaró para la entrevista de The Times que, en realidad, ella pudo haber utilizado la epidural para los ocho partos que ha tenido en su casa, sin embargo, sólo lo ha utilizado en uno, debido a las creencias religiosas de la familia de su esposo que ella terminó por adoptar, y que la llevó a tener a su último hijo en la bañera de su casa, frente a los demás niños.
Al respecto, como parte de una ideología de repoblación que busca una superioridad genética para predominar en la sociedad actual, diversas familias (millonarias, eso sí), han encontrado en la tendencia de los farmfluencers la excusa perfecta para poder promocionar un estilo de vida disfrazado de tradicionalismo que, en realidad, somete a la mujer en la búsqueda de poder y autoridad.
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