Si lo de los tampones te parece complicado, imagínate cómo será tener la regla en el espacio

Te levantas por la mañana y el día ha llegado. Mamá naturaleza ha hecho de las suyas y te encuentras tu ropa interior manchada de sangre. Es un incordio, pero nada que una buena ducha, un tampón y un ibuprofeno para los calambres no pueda solucionar. Sin embargo, algo tan usual como la menstruación ha complicado mucho la vida a los científicos de la NASA, que han necesitado multitud de estudios para comprender cómo una astronauta tendrá la regla en el espacio.

Le preguntaron si 100 tampones serían suficientes para una semana en el espacio

De eso se encargó Sally Ride en 1983, cuando su viaje al espacio planteó una duda muy banal: ¿qué metemos en su neceser? Los ingenieros tenían que decidir la cantidad exacta de tampones que necesitaría para una semana en el espacio, medirlos, pesarlos y analizarlos. Ellos, con mucho conocimiento de naves espaciales y muy poco del cuerpo femenino, preguntaron a Sally si 100 tampones serían suficientes.

Sally Ride en su misión de 6 días en la nave Challenger, 1983
"Una mujer hormonada y menstruando no será capaz de controlarse en el complicado entorno de una nave espacial"

Esta es una prueba muy clara de que cuando se admitió la posibilidad de mujeres astronautas, la NASA no sabía bien por donde tirar. De hecho, según un estudio de 1964, la agencia espacial consideraba que "una mujer hormonada y menstruando no será capaz de controlarse en el complicado entorno de una nave espacial, aunque no es algo de lo que debamos preocuparnos, porque no parece que las mujeres vayan a demandar trabajos en el espacio en el futuro." Dicho y hecho. Un año después aparecieron las mujeres astronautas.

Pero, ¿en el espacio se sangra?

La primera preocupación de los científicos era el diferente funcionamiento de la sangre en el espacio. Porque allí el corazón se vuelve más vago y la sangre tiende a subir hacia la cabeza. ¿Y si la regla subiera hacia el abdomen en vez de salir? Podría provocar peritonitis, una enfermedad muy grave y en último caso mortal. Nadie quería enviar a una mujer allá arriba con este riesgo, pero olvidaban algo.

No pasó absolutamente nada que no pasaría en tu casa: sangre, calambres, dolor abdominal e hinchazón

La sangre de la regla no está dirigida por arterias o venas, sino por hormonas. Ellas lo sabían e insistían en ello. Ellos no lo veían claro. Al final hubo que ponerlo a prueba y enviar a una mujer al espacio para comprobarlo, y demostrar que ellas tenían razón. No pasó absolutamente nada que no pasaría en tu casa: sangre, calambres, dolor abdominal e hinchazón.

Y ahora, ¿qué hacemos con esa sangre?

La astronauta Jerrie Cobb con la nave Mercury

Una vez se demostró que menstruar en gravedad cero era igual que menstruar con los pies en la tierra, comenzó el problema de cómo lidiar con las necesidades femeninas en esta época del mes. No podían dejar que la sangre flotara por el cohete a sus anchas. Necesitaban productos femeninos y no tenemos las mismas preferencias ni los mismos flujos. Después de dos décadas de investigación (sí, en serio, 20 años), llegamos a los tampones famosos de Sally Ride. Posiblemente, los productos de higiene femenina de los que más se ha hablado en la historia.

Suprimen la producción de hormonas y, tras unos meses de ingestión, también la sangre del ciclo

En la actualidad ya no hay que preocuparse por si el tampón es maxi, talla S o una compresa estilo pañal. Porque existe una opción muchísimo más cómoda que hace que las astronautas no tengan la regla en el espacio. Se logra mediante anticonceptivos orales tomados cada día, que suprimen la producción de hormonas y, tras unos meses de ingestión, también la sangre del ciclo.

La NASA no solo iba a tener un plan A, también tiene una segunda opción. Se trata de un DIU hormonal, con el mismo efecto y menor dosis de hormonas. De hecho, esto es más práctico para las astronautas, que no tiene que recordar tomar la píldora cada día y pueden pasar años en Marte (o Júpiter o Saturno) sin preocuparse por la regla. Son ventajas para todos: para ellas, para los retretes de la Estación Espacial Internacional y para los que hacen las maletas de estas viajeras intergalácticas.

Las primeras astronautas de la NASA: Shannon Lucid, Rhea Seddon, Kathy Sullivan, Judy Resnik, Anna Fisher y Sally Ride.

Fuentes | National Geographic, Popular Science.

Fotos | Wikipedia Commons.

En Trendencias | Ella es la primera mujer afroamericana en unirse a la tripulación de la Estación Espacial Internacional.

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