Aunque, en los últimos años, el Primavera Sound, el Mad Cool o el BBK Live Bilbao le hayan ganado terreno en popularidad, el Festival Internacional de Benicasim siempre será, de una forma u otra, el más mítico de nuestro país. Se celebra en esta localidad de la Provincia de Castellón desde 1995 y se caracteriza por su eclecticismo en lo musical. Su recinto, con zona de acampada, está a las afueras de la ciudad y junto a la carretera N-340 (a unos 20 minutos andando). No obstante, los conciertos no empiezan hasta la tarde, por lo que los asistentes tienen toda la mañana para disfrutar de todo lo que un pueblo costero mediterráneo tiene que ofrecer.
El FIB recibe este año a astistas como The Kooks, Two Door Cinema Club, Carolina Durante o Zahara del 14 al 17 de julio. Si ya tienes tu abono, el transporte para llegar, el lugar donde vas a dormir (ya sea en el camping oficial o en un alojamiento externo) y has reservado en los restaurantes de nuestra guía para comer en Benicàssim, solo te queda descubrir qué puedes hacer en este pueblo que en verano se llena de turistas con ganas de sol y playa.
Aunque ofrece mucho más que sus conocidas y codiciadas playas. El lugar tiene un importante legado histórico que se remonta siglos atrás. Su variada arquitectura cuenta con ejemplos de construcciones defensivas de la época de los corsarios, allá por el siglo XVI, y edificaciones del más fino estilo francés de los años de máximo esplendor del modernismo en el XIX. Todo ello regado con el clásico ambiente jovial del Mediterráneo y un toque de pueblo pesquero de antaño siempre mirando al mar.
Playa Torre San Vicente
Galardonada con la Bandera Azul, la también llamada Playa del Torreón, recibe su nombre de la antigua Torre Vigía de San Vicente, construida como punto estratégico para la defensa de la zona y situada en la misma playa. Con su arena fina arena y dorada que tanto identifica a Benicasim, consta de 650 metros de longitud. Sus aguas son cristalinas y se encuentra en pleno centro de Benicàssim, por lo que en verano está concurrida.
Parque Natural del Desierto Las Palmas
Pegado al camping del FIB se encuentran las más de 3.000 hectáreas de naturaleza virgen del Desierto de las Palmas, denominado así por la abundancia del palmito en la zona y protegido por ley como lugar de alto valor ecológico desde hace más de 20 años. Son de visita obligada sus miradores con las mejores vistas panorámicas de los alrededores, su frondosa vegetación, monasterios, ermitas, grutas, cuevas, fuentes y manantiales. Ofrece muchas opciones para descubrirlo como rutas a caballo, bicicleta y sendas culturales.
En una de las cimas más altas del Parque Natural del Desierto de las Palmas se encuentra el antiguo Castillo de Montornés, cuyo origen se remonta al siglo X, cuando formaba parte de un antiguo conjunto defensivo árabe. Hoy en día apenas quedan unas ruinas pero cuenta a leyenda, incluso llegó a ser ocupado tras una batalla campal por el Cid Campeador.
Vía verde
El camino que une Oropesa del Mar y Benicássim comprende una ruta de 5,7 km construida sobre la antigua vía de ferrocarril, bordeando la costa. Se puede hacer tanto a pie como en bicicleta. Desde allí se pueden contemplar bonitos paisajes como el Monte Bovalar, las calas de la Renegà o Bellver o las torres vigías de la Cordà y la Colomera.
Islas Columbretes
En el Mediterráneo todavía quedan lugares no masificados que son oasis de tranquilidad y naturaleza virgen. No, no estás soñando. Se trata de unas islas frente a la costa de Benicàssim y conocidas como las Columbretes. Un archipiélago deshabitado de origen volcánico y protegido, tanto en el mar como en la tierra. Y es que es el hábitat natural de varias especies de lagartos y aves en peligro de extinción, como la gaviota corsa. En un solo día puedes visitar esta reserva isleña y nadar en las aguas puras que la rodean. Una alternativa más exótica al Mediterráneo de veraneo que conocías hasta ahora.
Ruta de Las Villas
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, un selecto grupo de empresarios castellonenses y valencianos eligieron Benicàssim como destino para sus vacaciones convirtiendo la entonces bahía virgen en el conocido como “Biarritz valenciano” por la construcción de numerosas villas de gran belleza y riqueza arquitectónicas de estilo modernista. Las villas se dividen en dos zonas: la del “Infierno”, que debe su nombre a las escandalosas fiestas que celebraban sus vecinos, y la de la “Corte Celestial”, que se distinguía por la calma de sus calles. Ambas zonas están separadas por los jardines de Comín, conocidos popularmente como “el Limbo”.
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Fotos | @turismobenicassim
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