Las pistas de hielo han vuelto como el turrón. En Madrid, por ejemplo, hay un total de ocho repartidas por la ciudad y estarán abiertas hasta el próximo 9 de enero. Un plan de chocolate con churros y patinaje es un clásico de estas fechas que no falla nunca y es exactamente a lo que nos invitó Neutrogena para celebrar su 50 aniversario. Acudimos a la pista de hielo de la Plaza de Colón, un auténtico trocito de Noruega en España, para que el doble campeón del mundo y medallista olímpico Javier Fernández nos diera una masterclass.
Una pista de hielo de 800 metros cuadrados, rodeada de un mercadillo navideño, y un gran abeto de Navidad en el centro es el escenario en el que el patinador Javier Fernández nos recibe con una pequeña exhibición para iniciarnos en este deporte de invierno. Eso sí, en su versión más festiva.
Campeón del Mundo en 2015 y 2016, siete veces consecutivas campeón de Europa y once veces campeón de España entre las categorías juvenil y veterano, Javier Fernández patrocina por Navidad la pista de hielo situada en la plaza de Colón, que se ha convertido en uno de los espacios más icónicos de estas fechas en Madrid, con una pantalla gigante, sesiones de DJ y presencia de Papá Noel el 24 de diciembre y de los reyes Magos el 5 de enero.
Por sus éxitos deportivos, está considerado como el mejor patinador de la historia de España, aún así, tiene paciencia infinita con los que todavía nos deslizamos por el hielo como si estuviéramos hiciendo "el Robocop" de Chikilicuatre. Pero lo importante es no caerse y, sobre todo, pasar un buen rato haciendo algo diferente. Lo conseguiremos siguiendo estos tips básicos.
Mantente siempre flexionado
Para no caernos, Javier nos recomienda buscar siempre el equilibrio flexionando las piernas, doblando ligeramente las rodillas. Dejar el cuerpo rígido no es una alternativa en ningún caso. Lo adecuado es inclinar el cuerpo ligeramente hacia adelante, mientas compensamos con las rodillas y las caderas, que estarán algo proyectadas hacia atrás. Nuestro primer gran objetivo al empezar a patinar es evitar caernos a toda costa. Y, en el caso de que sea inevitable, debemos intentar hacerlo de lado y no de espaldas.
Empujar la lengüeta
Patinar consiste en controlar los movimientos que vamos a realizar y en mantener el equilibrio del cuerpo, sabiendo equilibrar nuestro peso y apoyando toda la carga en los patines. En este caso lo haremos sobre las cuchillas que nos servirán para desplazarnos. Una vez tengamos el equilibrio controlado, podremos empezar a deslizarnos pensando en "empujar la lengüeta". Es decir, empujando el pie hacia la parte delantera del patín como técnica. Sobre el papel no parece gran cosa pero funciona.
Mantener el equilibrio con un pie elevado
Si es la primera vez que patinamos sobre hielo, es posible que la sesión se nos vaya en dominar "estar bien equilibrados y no irnos para los lados" pero, si ya estamos preparados para pasar al siguiente nivel, toca practicar el equilibro. Para ello, nos ponemos en marcha sobre la pista y, cuando nos fluya el ritmo levantamos un pie un poco mientras nos deslizamos por el hielo con el otro. En palabras de Javier: "Empezamos patinando y, cuando veamos que estamos bien balanceados, probamos a levantar un pie y luego el otro".
La vuelta
Dar una vuelta de 360 grados sobre uno mismo sobre unos patines de hielo no es tan difícil como parece. El secreto reside en la posición de nuestros pies, que han de estar en paralelo. Más allá de eso, solo necesitamos impulso y el resto se hace prácticamente solo.
Protégete
Si estamos empezando, los expertos de Vitónica recomiendan el uso de protecciones como coderas, muñequeras, casco... Esto ayudará a eliminar posibles lesiones en caso de caídas. También es muy importante llevar a cabo la actividad bien resguardados del frío y llevar guantes porque acabarás agarrándote a la barra de la pista en más de una ocasión.
Don't Worry porque también tenemos el tip definitivo para aplicarnos las cremas untuosas que piden ese clima frío y seco para prevenir y reparar daños pero sin acabar pringosas: ponemos el producto en el dorso de una mano y lo extendemos frotando esta parte de ambas extremidades, dejando las palmas para lo último. Probablemente, al revés exactamente de como lo llevabas haciendo toda la vida.
Fotos | @javierfernandezskater y Unsplash
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