Viendo la cantidad de bolsos de Louis Vuitton, Gucci y Carolina Herrera que circulan en el metro en hora punta, he creído que debería comentar con vosotros ciertas impresiones.
Partiremos de la siguiente premisa: si se compra un bolso falso es para pretender que es auténtico (porque, si no, no le veo el sentido), así que hay que intentar a toda costa que parezca auténtico.
Regla número 1: Se ha acabado lo de llevar el bolso falso al trabajo. ¿Creéis en serio que cuela esto de que tenéis un bolso de 1500 euros teniendo que madrugar para estar a las 8h en el trabajo? ¿Y lo del metro? El metro y Vuitton pegan tanto como el día y la noche. A partir de ahora, os buscáis un bolso mono para el día a día. A poder ser, que no sea de una cadena como Misako. No es que tenga nada en contra de esta marca, es sólo que no os conviene que la gente reconozca el bolso. Así no sabrán si es una baratija o algo bueno y discreto. Ya sabéis, a veces la calidad no va unida a la marca. De este modo, el día que saquéis el bolso falso (para una ocasión algo especial que no implique coger el metro), siempre quedará una duda razonable de que sea auténtico.
Regla número 2: Os beneficiará que el bolso falso no sea el típico que se encuentra en toooodos los “top mantas”. Si podéis encontrar alguna rareza falsa, mejor que mejor. Si sois viajeros, lo tenéis fácil: cada país tiene sus bolsos falsos típicos. Típicos para ese país, atípicos para los turistas de otro país, ¿entendéis? Luego, están los paraísos del fake, como Hong Kong. Aunque si os podéis pagar un viaje a China, también podéis compraros un bolso auténtico de Carolina Herrera en El Corte Inglés. Uno pequeñito. Finalmente, está la opción para el resto de nosotros, que viajamos con la imaginación: Internet. En Internet se venden bolsos falsos como churros. No sólo podréis encontrar rarezas, sino que quizá hasta encontráis uno que os guste. Porque no nos engañemos, los monogram de Louis Vuitton son feos, sólo se quieren por lo que representan (lo que corrobora la premisa de la que partimos).
Regla número 3: Ama a tu bolso falso por encima de todas las cosas. Un bolso que cuesta un ojo de la cara no se deshila porque, si no, es para ir a la tienda boutique y arrancarle los ojos al vendedor. Así que, por favor, si veis que las costuras de vuestro bolso falso se sueltan por algún lado, es tan sencillo como pegar un pequeño tijeretazo y disimular la tara. Estoy harta de ver bolsos (falsos) de Louis Vuitton con las costuras deshilachadas. Además, cantan mucho, porque el hilo es de color amarillo. Y con los Prada, ¿qué? Este verano se pusieron de moda unos bolsos (falsos) de Prada de color blanco. No vi ni uno de color blanco, todos estaban sucios y marrones. Por favor, ¿qué cuesta pasar una esponjita húmeda al llegar a casa? Vuestra dignidad está en juego.
Regla número 4: No sólo importa que el bolso falso esté impecable, vosotras también debéis estarlo. Y no digo que para llevar un bolso caro haya que ir repeinada, mirad a las Olsen, pero no está de más cuidar los detalles. Volviendo al ejemplo, las Olsen van de tiradas, pero todo lo que llevan encima cuesta más que mis dos riñones. Es decir, combinad vuestro bolso falso con vuestro pantalón más caro (si se puede ver la marca, mejor) o con alguna joya (que no bisutería) - vuestra cadenita de oro de la comunión o algo así -. También pueden ayudaros otras personas: si vais con el novio, que lleve un jersey con cuello de pico de color fucsia y debajo, por supuesto, una camisa. Si vais con vuestra madre, intentad que parezca vuestra hermana. Si tiene los labios operados o se ha hecho un lifting será perfecto.
Regla número 5: Cuidad vuestro lenguaje, tanto el corporal como el verbal. No dejéis que la lengua os delate, hablad fino. Nada de palabrotas ni de gritos. Y, por favor, ante todo, actitud. He visto a chicas con un bolso (falso) de Gucci en el metro escuchando reggaeton con el móvil. Eso es algo que no hay que hacer jamás, se lleve o no un bolso falso, si me permitís la observación.
En Trendencias | Los bolsos de Louis Vuitton Primavera/Verano 2008