Los Premios de la Academia de Hollywood cierran, todos los años, la temporada de premios. Caracterizados por su glamour y por concentrar al mayor número de estrellas de cine por metro cuadrado, nos hacen soñar tanto como las películas que en ellos se premian. Además de ver reconocido el esfuerzo de los nominados, se trata de una oportunidad única de ver cómo se comportan en la vida real nuestros actores, actrices y directores favoritos. Los tenemos mitificados pero se parecen mucho más a nosotros de lo que pensamos y los Oscars son, en definitiva, una mina de anécdotas entrañables y divertidas. A falta de las que se vayan a producir el próximo 10 de febrero durante su 92º edición, recordamos las mejores a continuación.
Will Rogers liándola parda al salirse del guión
Si hablamos de malentendidos en los oscars podemos remontarnos hasta la sexta gala de estos premios, en 1933. El actor y humorista Will Rogers entregó el Oscar a Mejor director y, cuando descubrió que el ganador era un buen amigo suyo, decidió salirse del guión: "Vengo siguiendo a este joven desde hace mucho tiempo. Le he visto abrirse paso desde muy abajo y esto no podría haberle pasado a un chico más estupendo. ¡Vamos Frank!". Se refería a Frank Lloyd por Cabalgata, sin embargo, entre los nominados también se encontraba Frank Capra, que se levantó pensando que era él. Algo que, más tarde, describió como el momento "más triste y humillante" de su vida.
Meryl Streep y su estatuilla olvidada
Es la intérprete que más nominaciones a los Oscars ha acumulado a lo largo de la historia. En total: 21, de las que se ha llevado la estatuilla a casa hasta en tres ocasiones. La primera fue en 1979 por su interpretación de reparto en la película Kramer contra Kramer. Sin embargo, a pesar de la emoción, se le olvidó el galardón en el baño del teatro, donde permaneció olvidado varias horas hasta que alguien lo encontró.
Anna Paquin sin palabras, literalmente
Once años tenía Anna Paquin cuando ganó el Oscar en 1994 a Mejor actriz de reparto por su interpretación en El piano. Lo hizo con rivales tan potentes como Emma Thompson o Winona Ryder) y se convirtió en la segunda ganadora más joven de los premios. No obstante, si agradecerlo es algo que ya se le hace bola a los adultos, a un niño más aún. Veinte largos segundos, sin saber qué decir, mirando al público es lo que tardó Paquin en arrancar a hablar premio en mano.
Las lágrimas de Gwyneth Paltrow
Si ha habido un discurso pasado por lágrimas, ese ha sido el de Gwyneth Paltrow. La actriz, que ganó su único Oscar en 1999 por Shakespere enamorado, no pudo dejar de llorar durante todo su discurso de agradecimiento. Tanto que llegaba a ahogarse y sollozar, especialmente, al mencionar a su familia. Un discurso tan tierno como el rosa bebé del vestido que lució y en el que llega a nombrar a Harvey Weinstein, aunque ese es otro tema.
Roberto Begnini de butaca en butaca
¿Por qué bajar por las escaleras cuando puedes saltar de butaca en butaca? Eso es lo que debió pensar Roberto Benigni cuando ganó el Oscar a Mejor película extranjera en 1999 por La vida es bella. Finalmente, se dio cuenta de que era demasiado arriesgado hacer así todo el camino y brincó por el pasillo en una de las demostraciones más efusivas de la euforia que se llega a sentir en un momento así.
¡Peeeeedroooo!
La reacción espontánea de Penélope Cruz al gritar a lo Vilma Picapiedra el nombre de Pedro Almodóvar fue épica. El director manchego ganaba su primer Oscar con Todo sobre mi madre como Mejor película extranjera en la ceremonia del año 2000. Después procedió a dar un interminable discurso en un inglés macarrónico que incluyó agradecimientos a una lista de santos y vírgenes. Además, se equivocó al dar la hora de España, diciendo que eran: "six years in the morning" (literalmente: seis años de la mañana). Como no dejaba de hablar y no se entendía lo que decía, le pusieron la música para que terminara. Al final, Antonio Banderas tuvo que llevárselo tirandole del brazo.
Danny DeVito comiendo zanahoria
Ya sabemos que este tipo de galas pueden hacerse largas y eso alguien como Danny DeVito ha de saberlo bien, que no dudó en llevarse un snack en el bolsillo a la de 2001. Mientras Bob Dylan interpretaba vía satélite desde Australia Things Have Changed, canción incluida en la banda sonora de Jóvenes prodigiosos y con la que ganó el Premio de la Academia a Mejor Canción Original, el actor fue pillado por las cámaras dándole mordiscos a una zanahoria. Eso sí, sin dejar de mover la cabeza al ritmo de la música. Al terminar la actuación, Steve Martin, presentador de aquella edición, le acercó un poco de salsa.
Jennifer Lawrence por los suelos
Ni ir embutida en un precioso vestido de alta costura de Dior ni acabar de ganar su primer Oscar evitaron que Jennifer Lawrence protagonizara en 2013 uno de los momentos espontáneos y patosos que la habían convertido en la chica de moda en Hollywood. La actriz se tropezó y se cayó en las escaleras cuando subía a recoger la estatuilla a Mejor Actriz por El lado bueno de las cosas. Eso sí, lo hizo con mucho más estilo que drama.
Aunque, lo hace todo más divertido aún que, al año siguiente, volviera a caerse nada más pisar la alfombra roja, en otro deslumbrante Dior. Lawrence estaba nominada de nuevo por su papel en La gran estafa americana y Ellen DeGeneres no pudo evitar bromear en su speech inicial: "Si ganas, podemos llevarte el Oscar a tu asiento".
El selfie más compartido de la historia
Mucho ha llovido desde que, en 2014, Ellen DeGeneres fuera la maestra de ceremonias de los Oscars. Fue, sin duda, una de las ediciones más divertidas de la historia reciente de los premios. Aquel año, la presentadora de televisión, como parte de un acto publicitario de Samsung, se propuso hacer una foto que batiera al récord de retuits. Quienes no estaban en el guión eran las celebrities de las que se rodeó: Meryl Streep, Julia Roberts, Jennifer Lawrence y hasta Bradley Cooper como fotógrafo. Un selfie que demostró lo mucho que nos gusta ver a los famosos haciendo cosas comunes y que, a día de hoy, se considera irrepetible. Y es que en él aparecen Brad Pitt y Angelina Jolie, cuando todavía eran el matrimonio perfecto de Hollywood, y Kevin Spacey, que ya no está invitado a la gala tras haber sido denunciado por acoso sexual.
Pizza para todos
Otro de los grandes momentos que la humorista se propuso que fuera más allá de la acción publicitaría de un móvil fue hacer que un repartidor llegara hasta la platea del teatro Dolby con pizza para los invitados. Brad Pitt repartió platos de un solo uso y él mismo, Jennifer Lawrence, Harrison Ford o Julia Roberts, entre otros, no dudaron en mancharse la manos de grasa y comerse una porción durante la gala. Martin Scorsese y otras personalidades de la industria pusieron la propina, que ascendió hasta los 1.000 dólares. Según aseguraron posteriormente desde la pizzería Big Mama's & Papa's de Los Ángeles, el momento no estaba preparado. Es decir, sabían que habían hecho un pedido para los Oscars pero nadie les dijo que formarían parte del espectáculo. Fue una decisión de última hora de Ellen.
John Travolta presentando a alguien que no existe
Está claro que John Travolta sabe actuar, cantar y bailar pero lo de repartir premios parece que no es precisamente lo suyo... En 2014 él fue el encargado de presentar la actuación en directo de Let It Go de la película Frozen, a cargo de Idina Menzel. Sin embargo, a quien el actor presentó fue a una tal "Adele Dazeem" que, a día de hoy, todavía no sabemos quién es. En un gazapo similar volvió a caer recientemente cuando, en los últimos MTV Video Music Awards, intentó darle el galardón de Mejor vídeo del año a la drag queen Jade Jolie pensando que era Taylor Swift.
La emoción de Kate Winslet por el Oscar de su amigo Leo
Hubo un tiempo en el que Leonardo DiCaprio se convirtió en un meme por acumular nominaciones a los Oscar sin resultar nunca ganador. Al final, a la quinta fue la vencida y, en 2015, se llevó el gato al agua con El renacido. Su gran amiga desde que rodaran juntos Titanic, lo miraba desde su butaca visiblemente emocionada, con las manos sobre la boca y los ojos vidriosos. Más tarde los intérpretes se abrazaron entre miradas de complicidad.
¿La La Land o Moonlight?
El error por excelencia de los Oscars se produjo en 2017 cuando Faye Dunaway y Warren Beatty anunciaron que la ganadora de Mejor película era La La Land. Con todo el equipo sobre el escenario, y a medio agradecer el premio, fueron los propios productores los que tuvieron que desvelar que, en realidad, la vencedora había sido Moonlight: "No es una broma", tuvo que repetir varias veces Jordan Horowitz. La confusión se produjo al entregarse por error un sobre con el nombre de Emma Stone como ganadora a Mejor Actriz por este musical.
Fotos | Gtres, Oscars.org e Instagram @TheAcademy.
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