Hoy es un día triste para el mundo en general, porque uno de nuestros mayores genios, Stephen Hawking, ha fallecido a los 76 años. Sus contribuciones a todos los campos han sido excepcionales y de él hemos aprendido muchísimo en cuanto a agujeros negros, el espacio, el ELA, la teoría del todo y el amor. Sí, habéis oído bien. Porque el astrofísico no solo vivió una vida llena de complicaciones por su enfermedad y de descubrimientos inauditos. También tuvo una historia de amor digna de película.
Jane Hawkings, el amor de su vida
Jane y Stephen se enamoraron en la Universidad de Cambridge, cuando él acababa de ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica. Ella decidió no escuchar a quienes les decían que eso no tendría futuro y que él moriría pronto. Se casaron en 1965 y tuvieron tres hijos: Robert, Lucy y Tim. Lo suyo es una verdadera historia de amor. Por las presiones que sufrieron en cuanto a la enfermedad y el pesimismo de sus familiares, porque Jane terminó enamorándose de otro hombre y porque, a pesar de todo ello, consiguieron sacar su matrimonio adelante durante 25 años, hasta que se divorciaron oficialmente en 1990.
Jane estuvo a su lado durante todo el proceso de adaptación al ELA del astrofísico y vivió en primera persona el deterioro físico extremo de su marido. A eso se sumó la creciente fama internacional de Stephen Hawking como reputado científico, que la dejó a ella a la sombra y totalmente aislada. "La verdad es que éramos cuatro en nuestro matrimonio. Stephen y yo, la enfermedad y las físicas. Si quitas de la ecuación el ELA, aún te quedan las físicas." decía Jane cuando le preguntaban porqué se sentía tan reducida en su matrimonio.
En 1977 Jane conoció al que sería su posterior marido, Jonathan Hellyer Jones. Ocurrió en el coro de la Iglesia al que ella iba para encontrar descanso y desconectar de su situación en casa. Durante mucho tiempo su relación con el músico fue platónica y él se convirtió en una constante en su vida. Se hicieron amigos cercanos y Jonathan comenzó a ayudarla y apoyarla, encargándose de Stephen y convirtiendo su matrimonio en una relación de tres.
Esta extraña relación despertó las críticas de terceras personas sobre la forma en la que vivían su vida, lo cual aumentó las presiones en el matrimonio. Sin embargo, este no fue el motivo de su divorcio. Ella amaba a Jonathan y dependía de él y de su apoyo emocional, pero también amaba a Stephen. "No había otra alternativa que seguir adelante. Me sentía comprometida con Stephen y no creía que pudiera arreglárselas sin mí. Quería que siguiera haciendo su maravilloso trabajo y que los niños tuvieran una familia estable, así que seguimos juntos." decía ella.
Stephen comprendía la necesidad de apoyo y amor romántico que Jonathan aportaba a la vida de Jane y quería verla feliz. Jane amaba a su marido y no quería dejarle solo en sus circunstancias. Así fue como Jonathan se convirtió en parte de la familia, generando incluso dudas sobre si en realidad fue el padre biológico de Tim, aunque el matrimonio siempre aseguró que era hijo de Jane y Stephen. Los tres se querían y se respetaban. Una relación complicada que queda bellamente plasmada en la película La teoría del todo, basada en el libro Viajando hacia el infinito: mi vida con Stephen. En 1990 se separaron y en 1995 se divorciaron oficialmente, cuando los hijos eran ya mayores y el astrofísico conoció a Elaine Mason.
Elaine Mason, la enfermera que le robó el corazón
Mientras Jonathan y Jane se enamoraban, la mujer de Stephen Hawking contrató una enfermera que ayudara al científico en su día a día a la vez que él perdía aún más sus habilidades motoras. Ella es Elaine Mason y pasó de cuidarle a ser su esposa en 1995, al mismo tiempo que se hizo efectivo el divorcio con su primera mujer.
La pareja estuvo casada durante 11 años, cuando se despertaron todas las alegaciones de abuso. Fue Lucy, la propia hija de Stephen Hawking, la que reportó a la policía que su padre tenía heridas y golpes que él no quería explicar. Sin embargo, según Independent, sus enfermeras lo tenían claro y afirmaron que era la segunda mujer del astrofísico, Elaine, la que se las propiciaba. Desde fracturas de muñeca hasta humillaciones como quitarle la botella de orina, dejarle al sol durante horas hasta que tuvo un paro al corazón o dejarse solo en el baño con peligro de ahogamiento. A pesar de todo, en 2004 se abandonó el caso porque el propio Stephen se negó a colaborar. El divorcio vino después, en 2006, a causa de supuestas infidelidades por parte del genio.
Fotos | Gtres, @icarbon93, @ibtimes_india.
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