No es lo más habitual del mundo, pero a cualquiera le puede pasar. Quedas con amigas para una celebración, te desmadras con las copas, la gente se dispersa y el móvil se queda sin batería. Imagina el peor de los resultados, te quedas sola, desorientada y borracha en medio de la ciudad. ¿Cómo crees que reaccionaría la gente a tu alrededor?
Esto es lo que nos muestra este vídeo grabado con cámara oculta en Madrid, en el que una mujer joven, atractiva y con claros síntomas de embriaguez (en realidad es una actriz) se encuentra sola, en pleno centro, esperando de pie mientras sujeta una botella de cerveza.
La intención de esta grabación, producida por Unusual Communication para el Centro Europeo Neurosalus y Doctortest, es comprobar el comportamiento de la gente a su alrededor, que obviamente no saben que hay una cámara cerca.
El Dr. José Miguel Gaona (sí, es el de Cuarto Milenio), director del centro de desintoxicación que promueve este experimento social, insiste al inicio del vídeo en que no hay que olvidar que la prueba está realizada en calles concurridas y a plena luz del día. En un ambiente nocturno o solitario, podría haber sido, sin duda, mucho peor. También es importante recalcar que la protagonista mantiene en todo momento una actitud pasiva, ella no se acerca a nadie, ni inicia ninguna conversación. Aun así esto es lo que sucedió:
¿Qué os parece? A mí como mínimo espeluznante, sobre todo teniendo en cuenta que se han eliminado las escenas más ofensivas que incluían comentarios groseros o tocamientos.
No es un caso aislado
Uno de los síntomas de beber en exceso es la pérdida de control de nuestros actos. Nos sentimos seguras, deshinbidas y no somos capaces de valorar adecuadamente los riesgos a los que nos estamos exponiendo.
Tal como explican en el folleto distribuido por el Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo del departamento de salud de Estados Unidos:
Beber torna a las mujeres jóvenes más vulnerables a los ataques sexuales y a las relaciones sexuales peligrosas y no planeadas. En el recinto universitario, los ataques, los avances sexuales no deseados y las relaciones sexuales no planeadas y peligrosas son más probables entre los estudiantes que, en ocasiones, beben excesivamente —para los hombres, cinco bebidas seguidas; para las mujeres, cuatro—. Por lo general, cuando una mujer bebe en exceso, se convierte en una potencial víctima de violencia y abuso sexual.
Un estudio realizado por el Departamento de Psicología Experimental y Fisiología del Comportamiento de la Universidad de Granada, para el que se encuestaron a 349 estudiantes, mostró que el 28% de los chicos había invitado ocasionalmente a copas a alguna chica con el propósito de “ir más allá” y mantener relaciones sexuales, aunque curiosamente la impresión de ellas es diferente, ya que el 44% de las chicas afirmó haber sufrido esta práctica alguna vez.
La investigación también se centró en la percepción que tenían los participantes frente a esta situación, y encontró que entre ellos estaba más extendida la idea de que si una mujer acepta alcohol de un hombre es porque en realidad quiere tener relaciones sexuales con él y es en general más promiscua. Esto explicaría porque algunos protagonistas del vídeo se empeñan en dar más bebida a la chica que ya está ebria.
Entre sus respuestas se da una curiosa paradoja: por un lado la mujer que bebe es responsable de que la asalten sexualmente, sin embargo un hombre que ha ingerido demasiado alcohol no puede controlar sus actos y por tanto no es culpable de los mismos.
Lamentablemente, actuaciones como estas no se consideran un abuso sexual (o violación si la cosa llega más lejos), aunque la voluntad de la mujer esté claramente debilitada y su capacidad para resistirse sea en ese momento nula. Estereotipos negativos sobre las víctimas como “Ella lo provocó” o “Se lo ha buscado” silencian en muchas ocasiones este tipo de relaciones sexuales no deseadas, ni consentidas.
Es terrible tener que pensar que por beber nos exponemos a un riesgo semejante. Lo justo y correcto sería que los acosadores cambiaran su comportamiento, pero mientras eso ocurre (si es que llega a ocurrir algún día), hay que tomar todas las precauciones posibles para protegernos.
Vídeos como este, que actualmente lleva casi dos millones y medio de reproducciones, nos ayudan a tomar conciencia de a qué nos arriesgamos y también de qué podemos hacer. Si vemos una chica sola, en una situación parecida, ¿no deberíamos echarle una mano? ¿Qué pensáis en general de este tema? Da para reflexionar.
Foto | Rafale Tovar
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