Hillary Clinton no tiene por qué gustarnos. De hecho, las últimas encuestas dicen que Hillary no le gusta al 56% de sus compatriotas. Claro que tampoco les gusta demasiado Donald Trump, según los mismos datos. Esta noche, los dos candidatos se enfrentan en un debate televisado del que se espera una audiencia récord. Puede ser un momento decisivo en la carrera electoral. Si Hillary sale reforzada, podemos estar cerca de ver a una mujer convertida en presidenta de la nación más poderosa del mundo. ¿Un hito en lucha por la igualdad? Sí, lo sería, pero también han sido todo lo contrario las muestras de sexismo que ha sufrido durante la campaña. Porque, repetimos, Hillary no tiene por qué gustar, pero no parece muy propio del siglo XXI que sea atacada por ser mujer.
La carta de ser mujer
La madre de todas las batallas. El argumento sexista por excelencia de esta campaña electoral. Hillary Clinton solo es candidata por ser mujer, para cubrir una especie de cuota imaginaria. Fue su rival político el que abrió la espita de un argumento muchas veces repetido por los detractores de la candidata demócrata:
«Si Hillary Clinton fuera un hombre, dudo que consiguiera ni un 5% de los votos». Lo dijo en abril de este año.
Una «consentidora» de las infidelidades de su marido
Donald Trump ha variado en la campaña entre acusar a Bill Clinton de ser infiel a Hillary o, más radical, de abusar de varias mujeres durante su periodo en la Casa Blanca. Pero en mayo de este año movió el foco hacia Hillary, acusándola de consentir esas infidelidades o abusos. En concreto, dijo de ella que había sido «una consentidora increíblemente repugnante y mezquina». Así, sin insultar ni nada.
Y la amenaza de llevar a alguna de esas amantes al debate presidencial
Uno de los momentos más bochornosos de esta campaña fue la propuesta de Trump de poner a Gennifer Flowers, una supuesta examante de Bill Clinton, en primera fila del debate de hoy, seguido por la aceptación de ella, mostrando su apoyo al candidato republicano.
'Bitch', el insulto más repetido por los detractores de Hillary
Que 'zorra' sea el insulto favorito de los seguidores de Trump para referirse a Hillary es triste. Que los medios de comunicación se hagan un eco constante de ello es grave. Y la cosa no ha empezado ahora. Estos ejemplos están tomados de la anterior campaña de Hillary para convertirse en candidata demócrata, en los años 2007-2008:
El columnista conservador y miembro de la Asociación Nacional del Rifle Ted Nugent la llamó worthless bitch («zorra inútil»).
El locutor de la ABC Glenn Beck prefirió cambiar el adjetivo. No bitch, el otro. La llamó sterotypical bitch («zorra estereotipada»).
Mike Allen, periodista de Politico defendió a quienes usan el término, preguntándose «¿Qué votante republicano no lo ha pensado?».
Neil Cavuto, periodista de Fox, se preguntaba si tratar de escapar de su imagen bitchy no estaría consiguiendo el efecto contrario.
Alex Castellanos, comentarista político de CNN, dijo, sobre la polémica con el término, que «a algunas mujeres se les llama así y... es bastante preciso».
Otros periodistas no se atrevieron entonces a decir la palabra con todas las letras. Marc Rudov, de Fox News, dijo sobre ella que «se le llama la palabra con B porque actúa como una».
Y el analista de Politico Roger Simon comenzó una columna con la frase: «La que rima con 'rich' ha vuelto».
Una mujer no debe gritar
La forma de hablar de Hillary en sus discursos públicos ha sido otro campo de batalla en el que Trump ha querido entrar. En abril, declaró lo siguiente: «No me he recuperado todavía de su forma de gritar. Y sé que mucha gente pensará que no debería decir esto porque las mujeres no gritan, por supuesto. Pero la forma en que gritó su mensaje... Me temo que tendré que acostumbrarme a ello en los próximos meses».
En mayo, incidió en el mensaje, diciendo que «no podía soportar el sonido de los gritos de Hillary». Varios medios han publicado incluso estudios sobre por qué la voz de Hillary resulta tan irritante.
Las vergonzosas camisetas de Hillary sucks
En las diferentes convenciones republicanas y discursos de Donald Trump a lo largo del país ha aparecido merchandising para todos los gustos. Bueno, para todos los gustos, no. Solo para el mal gusto. Como esta camiseta, que juega con el doble sentido de la palabra suck («apestar» o «chupar»). El mensaje dice: «Hillary apesta, pero no como Monica».
¿Es Hillary lesbiana?
Eso parecen preguntarse muchos comentaristas políticos y votantes republicanos. En realidad, los rumores sobre la sexualidad de la candidata demócrata han sido un ir y venir constante durante años. Desde referirse a ella como la posible «primera presidenta lesbiana de la historia» hasta revelar una lista de sus supuestas amantes en el pasado, el tema parece no acabar nunca.
Hillary es una mujer. Por lo tanto, debe ser guapa.
La relevancia del aspecto físico de las mujeres sobre otras cualidades es algo a lo que estamos tristemente acostumbrados (recordemos las polémicas del periodismo deportivo). Pero no imaginábamos que llegaran a una carrera electoral.
«Todos los senadores ven en el espejo a un presidente cuando se afeitan por las mañanas. ¿Le ocurrirá también a Hillary Clinton? ¿Se afeitará ella? Supongo que las piernas». Glenn Beck, CNN.
«¿Querrán los americanos ver a una mujer envejecer ante sus ojos día a día?». Rush Limbaugh, Premiere Radio Network.
[En esta chapa, vista en uno de los discursos de Trump, se puede leer: «Especial Hillary de KFC: dos muslos gordos, dos pechos pequeños y un ala izquierda»].
Vale, pues quizá no tenga que ser guapa. Pero, entonces, es masculina.
Esa es una acusación que han sufrido muchas mujeres que ostentan puestos de poder. Hillary no ha sido una excepción y ha tenido que escuchar cosas como que «tiene que probar que es una mujer» (Peggy Noonan, en el Wall Street Journal) o que era «el candidato más masculino [en la campaña de 2008]» (Maureen Dowd, en el New York Times).
Las comparaciones con personajes de ficción
Hillary ha sido comparada con muchos personajes femeninos célebres de la ficción. Y no especialmente positivos. Desde la enfermera Ratched de Alguien voló sobre el nido del cuco a Lady Macbeth, pasando por el personaje de Glenn Close en Atracción fatal
Al parecer, el asunto testicular tiene una gran importancia en campaña
Llega un momento en que es difícil discernir si algunos de los apoyos a Trump son más ofensivos para los hombres o para las mujeres. En esta chapa, se puede leer «Al fin alguien con pelotas».
Porque una mujer tiene la obligación de satisfacer a su marido. Claro.
Uno de los momentos más calientes de la campaña (y, una vez más, del colmo del mal gusto) llegó en abril del año pasado, cuando Trump retuiteó un mensaje increíblemente sexista de uno de sus seguidores, en el que decía, literalmente, que, si Hillary Clinton no era capaz de satisfacer a su marido, ¿cómo iba a satisfacer a América? Trump se apresuró a borrar el tuit de su timeline, pero ya había sido capturado, claro.
Y el acoso constante en las redes sociales
Ya lo hemos visto en algunos de los tuits anteriores. Un estudio de Vocativ analizó más de 25.000 tuits dirigidos a la candidata demócrata y encontró que tres de las palabras más utilizadas eran la ya mencionada bitch, que se lleva la palma, junto a cunt («coño») y slut («puta»). Y es que no es suficiente el insulto, también hay que llevarlo al campo de la sexualización.
Imágenes | Vocativ, Gtresonline.
En Trendencias | Hillary se crece ante la enfermedad, porque eso es lo que haríamos cualquiera de nosotras
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