Lena Dunham se ha convertido hoy, nos tememos que muy a su pesar, en protagonista de una noticia en la que, una vez más, se vuelven a mezclar la fotografía de una mujer en portada de un medio y el uso abusivo de Photoshop.
El resumen del caso es el siguiente: esta mañana, Lena protestaba a través de su cuenta de Instagram del uso que Tentaciones había hecho, en su portada de Tentaciones, de una imagen suya.
Resumiendo, que la actriz estadounidense se quejaba de que se hubiera hecho un uso del Photoshop más allá de lo estándar y que lo que se ve en la portada no es su cuerpo. El caso recordaba a lo sucedido con Inma Cuesta hace solo unos meses, o al de Kate Winslet luchando legalmente contra el uso de retoques o al de Keira Knightley en los diferentes casos de aumento digital de sus pechos.
Pero este no ha sido un caso más. ¿Por qué? Porque ha habido respuesta. Apenas unas horas más tarde, Tentaciones publicaba una carta abierta a Lena Dunham, aclarando que habían utilizado la foto tal cual había sido adquirida, y aprobada por la agencia, el propio fotógrafo (Ruven Afanador, que llegó a publicarla en su momento en Facebook) y el propio publicista de la actriz.
Todo parece indicar que lo que hay en el fondo de todo este lío es un gran malentendido. Puede que el recorte de la foto para encajar en la maquetación haya confundido a Lena, puede que se abusara del Photoshop en el momento de realizar la foto y nadie haya sido consciente hasta ahora... No lo sé, las opciones son variadas.
Lo que sí es un hecho es que cada vez son más las voces de mujeres influyentes que se alzan contra el excesivo retoque de su imagen publicada.
La industria parece haber entrado en barrena en esa búsqueda de la perfección artificial y ni mujeres que han sido muy firmes en su opinión sobre su propio físico y su ética profesional han podido detenerla.
Es difícil encontrar culpables. La repercusión mediática de muchas de esas mujeres susceptibles de ser photoshopeadas es tan grande que hay demasiados profesionales a su alrededor: publicistas, agencias, los propios medios de comunicación... Ya debe de resultar bastante difícil alzarse como voz discordante contra unos retoques que están a la orden del día como para arriesgarse a acabar convertida en protagonista de la noticia a causa de los propios profesionales en los que se ha delegado.
No sabemos si es esto lo que le ha ocurrido a Dunham. Y, en el fondo, su caso es anécdotico. Lo que nos parece realmente grave es que una mujer, da igual cuánto éxito y prestigio haya alcanzado en su profesión, tenga que someterse a un lavado de cara tecnológico para ser portada de algunos medios de comunicación.
Fotos | El País, Ruven Afanador.
En Trendencias | Los fotógrafos, contra el Photoshop excesivo de Inma Cuesta: "la fotografía debe reflejar la realidad"
Ver 1 comentarios