Brigitte Trogneux está en boca de todo el mundo. No sólo por la inesperada aparición en escena de su marido en las elecciones para la presidencia de Francia, sino porque ella es su principal consejera política, le asesora en todos sus discursos, programa su agenda y, especialmente, porque entre sus más allegados se considera que sin ella su marido no habría podido llegar tan lejos.
Y ambos tienen una historia de lo más apasionada e inusual.
Si Brigitte Trogneux se convierte en la primera dama de Francia el próximo mes de mayo más vale que nos hagamos a la idea de que estamos ante una mujer que no se parece en nada a Melania Trump: se trata de todo lo contrario.
Brigitte ha decidido no solo acompañar a su pareja a todos sus actos públicos y reuniones importantes (ya lo hacía cuando Macron era ministro de Economía del Ejecutivo del Manuel Valls provocando mucha polémica con ello), sino también convertirse en uno de sus máximos apoyos públicos, la mejor de sus consejeras, co-autora de sus discursos y sus mensajes, altavoz de su campaña En Marche! (¡En Marcha!) y sobre todo, el punto de partida para ofrecer la imagen de modernidad y con un punto de rebeldía que este candidato independiente ha proyectado en su ascenso hacia la presidencia del país.
Estamos ante una futura Primera Dama que promete estar muy implicada en su cargo. Y también que va a dar mucho que hablar.
Entre ellos hay una diferencia de edad más que evidente, al igual que entre Donald y Melania Trump, pero en este caso es Brigitte la mayor de la pareja, 63 años frente a los 39 de él. Algo que ha llamado mucho la atención en la sociedad francesa. Al igual que el comienzo de su historia de amor, algo truculenta (e incluso ilegal en sus comienzos).
Emmanuel Macron tenía 17 años cuando se enamoró de su profesora de teatro en la escuela secundaria, en Amiens. Ella tenía entonces 41 años, era hija de dos empresarios chocolateros de éxito de la zona y reconocidos desde hace cinco generaciones, estaba casada y tenía tres hijos. Aunque los padres de Macron intentaron alejar a su hijo de aquella relación amorosa enviándole a París a estudiar, de nada sirvió. Cuando terminó sus estudios, Emmanuel Macron se casó con ella en el año 2007.
Desde entonces han permanecido juntos pese a que su relación levanta algunas cejas entre la sociedad. Algo que estamos seguros que no sucedería si fuera el caso contrario (o, como repetimos, pasa en el caso de Donald y Melania Trump).
Juntos han afrontado ese escrutinio público, críticas, todo tipo de especulaciones sobre su vida privada e incluso rumores de una posible homosexualidad de él. Situaciones a las que se han enfrentado haciendo un frente común y demostrando gran pasión en público. Y precisamente, esa fascinación que produce su historia de amor dentro y fuera de Francia y ser un nuevo modelo de matrimonio, pueden ser bazas importantes a la hora de poder convertirse en la pareja más importante del país.
Tendremos que esperar a la segunda vuelta, el 7 de mayo, para despejar de una vez por todas las dudas sobre si Brigitte Trogneux será la nueva primera dama francesa y se convertirá en un referente con su papel más activo y dinámico. Desde luego, los medios galos auguran que será por sí misma una figura con brillo y peso propio.
Fotos| Gtres
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