Javier Larrainzar propone una colección para el próximo Otoño-Invierno basada en la mezcla de estilos y de materiales a través de la creación de llamativos contrastes. Mezcla lo excesivamente moderno con lo clásico, aspecto que personaolmente no me convence. Quiere enseñar una mujer sin complejos, que eso está muy bien, pero siempre con moderación, ya que veo en su colección un estilo poco favorecedor, o por lo menos yo nunca me pondría esas combinaciones tan extravagantes.
Utiliza los tonos dorados, rojos y la gama de marrones que se mezclan con el tweed, el cashmere, el cuero envejecido, la seda pintada a mano y el terciopelo. Bermudas doradas con botas ecuestres de montar y chalecos de doble botonadura con estampados en rombos, faldas de vuelo evasée confeccionada en tweed inglés y combinadas con camisetas alternativas, una mezcla horrible, o vestidos largos de satén con chaquetas de cuero. En definitiva, una colección que fusiona estilos y texturas sin ningún tipo de complejos.
Vía | Vogue