Antes de que se me os echéis encima, dejadme decir que adoro las creaciones de John Galliano. Me parece un diseñador buenísimo, rozando la genialidad, y creo que Dior no podía tener a mejor creativo para sus colecciones femeninas. Bueno, precisamente esto es lo que hizo que Hedi Slimane, ex responsable de la línea masculina de la firma francesa, se marchara para poder diseñar una colección femenina en alguna otra parte (¡estoy deseando verla!).
Adoro la obra de Galliano, sí. Pero tenéis que admitir que Galliano, él, es algo raro y excéntrico. Quizás sea por ese toque de genialidad que os mencionaba, ya sabéis que los genios tienden a hacer locuras (porque, si no, sólo son virtuosos, nada fuera de lo común) pero, a menudo, sus salidas de tono provocan vergüenza ajena. Bueno, de hecho, siempre.
Creí que nada podría superar el traje de torero que se embutió para celebrar el 60 aniversario de Dior (y sus 10 años en la firma) pero me equivoqué. Dicen que la experiencia es un grado y Galliano se supera con cada desfile que presenta. En este último celebrado en la Semana de la Moda de Paris, Galliano salió de punta en blanco, con un esmoquin muy elegante, pero sin pantalones. Por otro lado, reconozco que sus disfraces son ya como una firma y que todos esperamos ver con qué nos sorprenderá. Aunque, después de haberlo visto en calzoncillos, me temo lo peor.
