Carrie Fisher nos ha dejado para siempre, aunque para muchos de nosotros será totalmente imposible olvidarla. No sólo por su papel como la Princesa Leia, sino por ser una mujer fuerte, decidida, creativa, inteligente y con un sentido del humor envidiable.
Querida por todo el mundo y con millones de fans en el planeta, en los últimos días las muestras de cariño se han sucediendo, pero una de las que más nos ha emocionado ha sido la carta que le ha dedicado su antiguo compañero de la saga galáctica, Mark Hamill.
“Carrie Fisher se entregaba a la alegría, la diversión y a aprovechar la vida (...) Yo hacía cosas locas para divertirla en el set de rodaje. Hacerla reír era siempre una medalla de honor”. Así se expresa Mark Hamill en la carta que ha publicado la prestigiosa revista Hollywood Reporter en honor de su compañera de reparto recientemente fallecida. Y de una amiga de toda la vida.
El actor que interpretó a Luke Skywalker también rememora el momento en que la conoció, cuando ella sólo tenía 19 años y cómo le impresionó lo honesta y "brutalmente cándida" que era ella.
Juntos compartieron no sólo el éxito inesperado de Star Wars, sino también el choque brutal que supuso convertirse en iconos universales, tan jóvenes y tan poco preparados. Durante décadas vivieron juntos altibajos de todo tipo, pero en palabras del actor su vida "habría estado mucho más apagada y habría sido menos interesante si ella no hubiera sido la amiga que fue".
Una amistad que perduró décadas y que hizo que el reencuentro cuando se lanzó El despertar de la Fuerza fuera mucho más emotivo e intenso.
"Cuando estabas de buenas, no podrías pasarlo mejor con ninguna otra persona del planeta. Ella era capaz de hacerte sentir como si tú fueras la cosa más importante de su vida. Creo que es una cualidad única. Y de repente, podías dar un giro de 180 grados en dirección contraria, cuando uno estaba furioso con el otro y pasarse sin hablar durante semanas y semanas...".
Carrie Fisher murió el pasado martes en Los Ángeles (EE.UU.) a los 60 años tras sufrir un ataque al corazón en un avión. Su madre, Debbie Reynolds falleció justo un día después, a los 84 años, debido a un derrame cerebral.
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