Marie Claire mayo 2008: arte en el quiosco

Este fin de semana tuve en mis manos el número de mayo de la revista Marie Claire. Normalmente (como ocurre con otras revistas como Vogue o Elle que caen en mis manos), sólo la ojeo por encima, pero esta vez me enganchó por completo, algo que sólo me sucede con Vogue Italia y Vogue Paris. ¡Qué sorpresa tan agradable!

De todos modos, si no os fiáis de mi imparcialidad porque colaboro esporádicamente con la revista, la prueba está ahí afuera: acercaos a un quiosco o a una librería y hojeadla libremente. Yo voy a dejar de justificarme y paso a explicaros por qué me ha gustado tanto el número.

La portada no tiene absolutamente nada de especial. Es más, es la típica portada del mes de mayo: fondo azul turquesa combinado con letras azul marino y amarillo que evocan nuestras ganas de sol, de playa y de vacaciones, propias de esta época del año (hay que comprar el bañador, pensar dónde iremos a pasar el verano, etc.). Sin embargo, los editoriales de moda contenidos en la revista son increíbles. Y lo mejor: no son comprados, sino realizados por el personal de la casa.

No sé si recordaréis que hace poco os comenté lo lejos que estamos aquí respecto a Italia, Francia o incluso Estados Unidos en lo que a editoriales de moda respecta. Pues bien, con este número de Marie Claire, la distancia se ha acortado un poquito. Quiero destacar especialmente uno de los editoriales que publica la revista realizado en el museo Victoria & Albert de Londres por Outumuro y con estilismos de Oscar Visitación. Exquisito.

Que el escenario de este editorial sea un museo no es casual. Todo el número de la revista se construye sobre el hilo conductor del Arte, muy acertado teniendo en cuenta la cantidad de diseñadores que se han inspirado en artistas para crear sus colecciones para la Primavera/Verano 2008. No hay más que recordar, por ejemplo, los estampados a lo Jackson Pollock que encontramos en Dolce & Gabbana (imagen superior) y en Yves Saint Laurent (una firma muy vinculada al mundo del arte desde sus inicios, ya que estamos).

Así, en la sección de Belleza, hay una serie de composiciones que imitan los cuadros de Rothko realizadas con sombra de ojos, laca de uñas, pintalabios y demás maquillaje que ya quisiera haber publicado Carine Roitfeld en Vogue Paris. Alucinante y, de nuevo, 100% autóctono ya que viene firmado por la prestigiosa Ana Serrano, jefa de Belleza de la revista, y Gema López.

Las secciones menos relacionadas con la moda también tienen que ver con el arte. Por ejemplo, hay una entrevista al director de la Tate Modern que, por cierto, es español y aprovecha para recomendarnos las direcciones más arty de Londres. En la sección de viajes y ocio (Sala vip) se hace una relación super original y evocativa de artistas con hoteles: desde el Hilton donde Yoko Ono y John Lennon pasaron su luna de miel hasta el hotel de Venecia en el que Monet pintó los canales de esa ciudad a principios del siglo (el pasado).

Y así podría seguir hasta desvelaros todo el contenido de la revista, pero voy a parar porque, si no, no quedará nada por descubrir. Bueno, dejadme decir una cosa más que me hace especial ilusión: hay una guía de compras de Nueva York (es que este verano me voy allí, a gastarme los euros aprovechando que el dólar está bajo).

Y ahora, para concluir, una breve reflexión sobre este número de mayo de la revista Marie Claire. La verdad es que el hecho de que sea un número tan coherente (con el arte que lo liga todo) es una gran ventaja porque normalmente las revistas suelen presentar mucha información inconexa que acaba escapando al lector. Vogue Paris suele intentar (y recalco el “intentar”) ligar su contenido. Es algo muy difícil de hacer: al fin y al cabo, hay muy pocos temas genéricos que puedan servir de hilo conductor y acaban agotándose. Una vez al año (en el número de diciembre/enero), la revista Vogue francesa usa el recurso de invitar a un “editor estrella” (Kate Moss, Sofia Coppola, Charlotte Gainsbourg…) que deja su impronta en todo el número y también esa coherencia de la que hablábamos (aunque se pasan meses preparando su lanzamiento). Creo que éste va a ser uno de los principales hándicaps con los que se va a encontrar Marie Claire en el próximo número (junio) que, además, ha dejado el listón muy alto. Al menos, en lo que a mí respecta. Pero dejemos de preocuparnos por un momento del futuro y centrémonos en lo que interesa: el número de mayo, un número genial. Desde aquí quiero felicitar a sus responsables y recomendar sinceramente a los lectores de Trendencias que le echen un vistazo. No por hacer la pelota, repito, sino porque realmente creo que es un número muy interesante y que está al nivel de lo que se hace fuera. Ésta es mi opinión, ya me daréis qué os ha parecido a vosotros.

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